En esta ocasión entrevisté a Roberto Farfán de Eiffel Plastics México, consultor en agricultura protegida, para conversar sobre el presente y futuro de los plásticos agrícolas. Abordamos cómo los avances en films permiten optimizar cultivos protegidos y conservar forrajes con mayor eficiencia, durabilidad y sostenibilidad.
Durante la charla, exploramos diferencias entre plásticos estándar y personalizados, factores clave al elegir un material de cobertura y tendencias hacia soluciones más sostenibles. También conocimos innovaciones recientes, retos técnicos y recomendaciones prácticas que todo productor debería considerar para maximizar el valor de estas tecnologías.
¿Qué tendencias se observan en plásticos de uso agrícola como cobertura?
En los últimos años, la tendencia más clara en plásticos de uso agrícola es la personalización de formulaciones. Ya no basta con un film estándar; el productor busca plásticos con aditivos específicos que regulen la transmisión de luz, filtren radiación UV o retengan calor, optimizando así la fisiología de los cultivos.
Otra tendencia fuerte es el desarrollo de plásticos con mayor vida útil sin comprometer la flexibilidad ni la resistencia mecánica. Esto implica trabajar con polímeros como EVA o EVOH, que aportan propiedades de barrera y durabilidad, reduciendo reemplazos y, por ende, costos operativos a mediano plazo.
La sostenibilidad está ganando protagonismo. Crece la demanda de plásticos reciclables o con contenido reciclado posconsumo, así como de materiales que faciliten su gestión al final de la vida útil. Esto responde tanto a la presión regulatoria como a una mayor conciencia ambiental del propio productor.
También se observa un avance en plásticos multifuncionales que combinan control de clima, protección contra plagas y reducción de enfermedades fúngicas. Estos films integran propiedades fotoselectivas que modifican el espectro de luz para dificultar el desarrollo de insectos y patógenos, sin afectar la productividad del cultivo.
La innovación tecnológica está llevando a plásticos con mayor estabilidad dimensional y menos degradación por agentes químicos. Esto resulta clave en sistemas de alta tecnificación donde el uso de fertilizantes y agroquímicos es intensivo, evitando que el material se fragmente antes de cumplir su vida útil proyectada.