El trabajo en campo como agrónomo tiene muchos retos, pues los productores son desconfiados por naturaleza, de modo que nos pondrán a prueba en diversas ocasiones, no para crearnos problemas sino más bien para determinar si te pueden o no confiar sus cultivos.
¿Qué errores suelen cometer los agrónomos novatos?
Los agrónomos novatos enfrentan una curva de aprendizaje bastante empinada al ingresar al campo profesional. La agricultura es compleja y dinámica, y es normal que los recién graduados cometan ciertos errores comunes. Estos errores suelen ser una combinación de factores técnicos, de manejo y de comunicación que pueden tener impacto en la productividad, eficiencia y toma de decisiones. Conocerlos y aprender a evitarlos es esencial para desarrollar una carrera exitosa en el sector agrícola.
Uno de los errores más comunes es subestimar la importancia del análisis de suelos. Muchos agrónomos novatos tienden a enfocarse en los cultivos y las prácticas de manejo, pero dejan de lado el análisis profundo de las condiciones del suelo. Esto lleva a problemas como la fertilización inadecuada, el desequilibrio de nutrientes o el riego incorrecto. Realizar un análisis de suelo antes de cualquier siembra permite entender la disponibilidad de nutrientes, la estructura y el pH, y así ajustar los planes de fertilización y manejo del suelo de manera más precisa.
La sobreaplicación de insumos es otro error frecuente. Los agrónomos novatos suelen pensar que más fertilizantes o pesticidas resultarán en mejores rendimientos. Sin embargo, el uso excesivo de estos insumos no solo es costoso, sino que también puede dañar el suelo, los cultivos y el medio ambiente. Aprender a usar la dosis adecuada, basada en un buen diagnóstico de la situación, es clave. Además, una mala aplicación puede fomentar la resistencia de plagas y enfermedades, complicando su manejo futuro.
Otro error es no considerar adecuadamente las condiciones climáticas locales. El clima afecta de manera directa el desarrollo de los cultivos y las decisiones de manejo, como el momento de la siembra, riego, fertilización y control de plagas. Un agrónomo novato puede confiar demasiado en promedios climáticos o información general, sin tener en cuenta los microclimas y las variaciones locales. Es crucial monitorear el clima a nivel de parcela y utilizar herramientas como pronósticos precisos y estaciones meteorológicas locales para tomar decisiones acertadas.
La falta de comunicación efectiva con los productores es un error que puede dificultar mucho el trabajo de un agrónomo novato. Es común que los recién egresados se enfoquen en los aspectos técnicos, utilizando terminología compleja o recomendaciones difíciles de implementar. Sin embargo, los agricultores suelen tener experiencia práctica y conocimiento empírico de sus parcelas. Saber escuchar, comprender sus necesidades y adaptar las recomendaciones a su contexto es fundamental para ganar su confianza y asegurar una implementación exitosa de las recomendaciones técnicas.
Muchos agrónomos novatos también tienden a depender excesivamente de los libros y la teoría sin adaptarla a la realidad del campo. Si bien el conocimiento teórico es importante, cada finca es diferente, y lo que funciona en un caso puede no ser efectivo en otro. La agricultura requiere un enfoque práctico, observación continua y capacidad de adaptación. Un error típico es aplicar manuales o protocolos de forma rígida sin evaluar si realmente son adecuados para las condiciones específicas del lugar.
La falta de monitoreo constante y seguimiento de los cultivos es otro problema. El error de “plantar y olvidar” es común entre los novatos, que creen que una vez establecida la siembra, solo es necesario esperar la cosecha. La agricultura requiere monitoreo continuo, ya que cualquier problema, como una plaga, enfermedad o deficiencia nutricional, debe ser detectado y manejado a tiempo. No hacer visitas regulares al campo, no tomar notas detalladas o no medir parámetros críticos pueden llevar a la pérdida de rendimiento y calidad del cultivo.
Otro error que suelen cometer los agrónomos principiantes es no conocer bien los costos de producción. La agricultura es un negocio, y no basta con enfocarse en producir bien; también es necesario hacerlo de forma rentable. Ignorar aspectos económicos, como costos de insumos, mano de obra y gastos de operación, puede llevar a prácticas no rentables. Es importante trabajar de la mano con los productores para calcular los costos de cada actividad y evaluar el costo-beneficio de cada acción.
La resistencia al uso de nuevas tecnologías es otro error frecuente, aunque paradójicamente también puede ocurrir lo contrario: una adopción apresurada sin evaluación previa. Algunos agrónomos novatos pueden ser escépticos de nuevas herramientas, como sistemas de riego de precisión, agricultura digital o drones, y quedarse con prácticas tradicionales. Otros pueden recomendar el uso de tecnología sin evaluar si realmente es viable para el agricultor, considerando factores como el costo, la complejidad o el retorno de inversión.
La falta de planificación a largo plazo también es un error que se observa entre los nuevos agrónomos. Muchos se enfocan únicamente en el ciclo de producción inmediato y no piensan en la sostenibilidad del sistema agrícola. Esto puede llevar a problemas de agotamiento de suelos, pérdida de biodiversidad y problemas económicos a largo plazo. Un agrónomo debe planificar no solo el cultivo actual, sino también cómo mejorar y mantener la productividad de la finca para el futuro.
Por último, un error importante es no aprovechar la red de contactos y la colaboración. La agricultura es un sector que depende mucho de la comunidad y la transferencia de conocimientos. Un agrónomo novato que intenta resolver todo por su cuenta pierde la oportunidad de aprender de otros expertos, agricultores y técnicos con más experiencia. Participar en foros, asociaciones agrícolas y mantener buenas relaciones con colegas es esencial para crecer profesionalmente y ofrecer mejores soluciones a los productores.