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Episodio 114 de Podcast Agricultura

Episodio 114: ¿Qué es la revolución verde?

La revolución verde ocurrió hace unas seis décadas y permitió aumentar de forma significativa los rendimientos de diversos cereales alrededor del mundo, para lo cual se requirió del desarrollo de mejores variedades, la adopción de la mecanización agrícola y el uso masivo de fertilizantes y plaguicidas.

¿Cómo se gestó la revolución verde?

La Revolución Verde comenzó a gestarse a mediados del siglo XX, como respuesta a una creciente preocupación global por la seguridad alimentaria, especialmente en países en desarrollo. Después de la Segunda Guerra Mundial, el rápido crecimiento de la población y las recurrentes hambrunas en varias regiones del mundo, especialmente en Asia y América Latina, impulsaron la búsqueda de soluciones que aumentaran la producción agrícola de manera significativa.

El detonante de la Revolución Verde fue el trabajo del científico estadounidense Norman Borlaug, quien desarrolló variedades de trigo de alto rendimiento en la década de 1940. Borlaug, trabajando en México bajo el patrocinio de la Fundación Rockefeller, se enfocó en mejorar la genética del trigo, buscando variedades que no solo fueran más productivas, sino también resistentes a plagas y enfermedades. Estas nuevas variedades, combinadas con la aplicación masiva de fertilizantes y pesticidas, revolucionaron la producción de trigo en México y, más tarde, en otros países del mundo. Su éxito en México sirvió de modelo para otras naciones.

Uno de los pilares fundamentales de la Revolución Verde fue la introducción de variedades mejoradas de cereales como el trigo, el maíz y el arroz. Estas nuevas variedades, llamadas “semillas mejoradas”, eran más resistentes y tenían mayor potencial de rendimiento en comparación con las variedades tradicionales. Además, su cultivo dependía del uso intensivo de insumos químicos como fertilizantes nitrogenados y pesticidas, lo que permitía a los agricultores maximizar la productividad en menor tiempo y espacio.

La transferencia de tecnología agrícola fue otro componente esencial de la Revolución Verde. En la India y Pakistán, la adopción de las nuevas variedades de trigo a mediados de los años 60 permitió a ambos países alcanzar la autosuficiencia en la producción de alimentos en unos pocos años. En Asia, el éxito fue aún más notable con la difusión de variedades de arroz de alto rendimiento, como el IR8, que transformaron la producción de este cereal básico en países como Filipinas y Vietnam.

Sin embargo, la Revolución Verde no fue solo el resultado de avances científicos. También involucró el apoyo decidido de instituciones gubernamentales, organizaciones internacionales y fundaciones privadas, que vieron en el aumento de la producción agrícola una solución viable para combatir el hambre. Los gobiernos de varios países invirtieron en infraestructura, como sistemas de riego, y en programas de extensión agrícola, lo que facilitó la adopción de las nuevas tecnologías por parte de los agricultores.

A pesar de su éxito en aumentar la producción de alimentos, la Revolución Verde también tuvo consecuencias negativas. El uso intensivo de fertilizantes y pesticidas trajo consigo problemas ambientales, como la contaminación del agua y la degradación del suelo. Además, el enfoque en unos pocos cultivos comerciales de alto rendimiento dejó de lado a muchas variedades locales, reduciendo la diversidad genética en la agricultura.

La Revolución Verde cambió la agricultura mundial, pero también planteó nuevos desafíos que siguen siendo relevantes hoy.

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