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Episodio 457 de Podcast Agricultura

Episodio 457: El desafío de producir con aguas duras lo superas con ECOBIOLAB

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En esta ocasión entrevisté a José Guizar, cofundador de ECOBIOLAB, una empresa que ofrece equipos y productos que mejoran la calidad del agua de riego, ayudando a incrementar los ingresos de empresarios y agricultores. Porque el agua es un elemento que impulsa o prohíbe la producción agrícola.

Durante la conversación José nos explica con gran detalle qué son las aguas duras y cómo afectan en campo; y dado que se trata de aguas con una calidad que no es óptima para la producción agrícola, nos explica cómo es que los acondicionadores de agua dura permiten mejorar la calidad de dichas aguas.

¿En qué regiones de México hay mayor volumen de aguas duras?

En México, la presencia de aguas duras se relaciona estrechamente con la geología y la hidrografía del país. Las aguas duras son aquellas que contienen altas concentraciones de minerales, principalmente calcio y magnesio. Estos minerales provienen de la disolución de rocas calcáreas, las cuales están distribuidas de manera desigual en el territorio mexicano.

Las regiones del norte y centro del país son particularmente conocidas por tener aguas duras. En el norte, la presencia de suelos calcáreos y la escasez de precipitaciones provocan que el agua se filtre a través de capas ricas en calcio, incrementando su dureza. Estados como Chihuahua, Coahuila y Nuevo León son ejemplos típicos donde el agua presenta un alto contenido de minerales. En estas zonas, la dureza del agua puede representar un desafío para la agricultura y la industria, debido a la acumulación de sarro en los sistemas de riego y en la maquinaria.

En el centro del país, regiones como Guanajuato, Querétaro, y parte de Aguascalientes también presentan aguas con alta dureza. Aquí, la combinación de acuíferos calcáreos y una intensa actividad agrícola intensifica la extracción de aguas subterráneas duras. En muchas localidades, las prácticas agrícolas y la industria alimentaria han tenido que adaptar sus procesos para mitigar los efectos de la dureza del agua, como el uso de sistemas de ablandamiento.

Otra zona con presencia significativa de aguas duras es la Península de Yucatán. Esta región se caracteriza por un subsuelo predominantemente calcáreo, lo que provoca que casi toda el agua subterránea sea dura. En Yucatán, Quintana Roo y Campeche, el agua suele tener altos niveles de carbonato de calcio, lo cual afecta tanto a las actividades domésticas como a las agrícolas. La penetración del agua a través de este tipo de rocas aumenta la concentración de minerales, lo que puede complicar su uso para ciertos cultivos que son sensibles a los niveles altos de salinidad o alcalinidad.

Por último, algunas áreas del Bajío, aunque con menos intensidad que las mencionadas anteriormente, también tienen aguas duras. Aquí, las prácticas de riego suelen requerir un manejo cuidadoso para evitar problemas de salinidad en el suelo, lo que puede afectar la productividad agrícola a largo plazo.

La presencia de aguas duras en estas regiones de México obliga a considerar estrategias de manejo y tratamiento, especialmente en el ámbito agrícola. La adaptación a estas condiciones puede requerir tanto soluciones tecnológicas como cambios en las prácticas agrícolas para asegurar la sostenibilidad y eficiencia en el uso del agua.