Tuve la oportunidad de entrevistar a Aldo Rosete, Senior Account Executive LATAM para la empresa EarthDaily Agro, quien nos ayuda a entender el estado actual de la adopción de la tecnología satelital aplicada al agro y el potencial que tiene esta tecnología para impulsar la producción agrícola mundial.
Durante la conversación Aldo nos adelanta que dentro de algunos meses EarthDaily Agro se convertirá en la primera empresa tipo agtech que lanzará su propia constelación de satélites, con la cual busca dar un enorme salto hacia adelante, ya que serán los primeros satélites totalmente enfocados en aplicaciones agrícolas.
¿Cuándo se utilizó tecnología satelital por primera vez en el agro?
La tecnología satelital comenzó a ser utilizada en el agro en la década de 1970, cuando los avances en la observación de la Tierra desde el espacio abrieron nuevas posibilidades para el sector agrícola. Aunque el lanzamiento de satélites con fines científicos y militares ocurrió mucho antes, fue en esta época cuando las aplicaciones agrícolas comenzaron a explorar su potencial para monitorear cultivos y planificar la gestión del suelo y recursos hídricos. La clave de este avance fue la llegada del satélite Landsat, lanzado por la NASA en 1972, que fue el primer satélite específicamente diseñado para observar la superficie terrestre y recolectar datos en forma regular y sistemática.
Landsat fue pionero en captar imágenes multiespectrales, lo que permitió observar la vegetación, identificar áreas de cultivo y medir la salud de las plantas desde el espacio. Esto fue posible gracias a que la vegetación refleja la luz en diferentes bandas del espectro electromagnético, y el satélite podía capturar esta información para identificar patrones de uso del suelo y estados fenológicos de los cultivos. Con esta nueva capacidad de observación, los agricultores y científicos tuvieron acceso por primera vez a datos que cubrían grandes extensiones de terreno, algo que era difícil de lograr con métodos tradicionales de campo.
A lo largo de los años 80 y 90, la tecnología satelital continuó desarrollándose y se sumaron nuevas aplicaciones en el campo agrícola. Por ejemplo, la teledetección, que es el uso de sensores a distancia para recolectar datos de la superficie terrestre, se convirtió en una herramienta fundamental para monitorear el estado de los cultivos y la eficiencia de riego. La disponibilidad de imágenes satelitales permitió realizar análisis de la variabilidad espacial y temporal de los cultivos, detectar áreas con estrés hídrico o deficiencias nutricionales, y también planificar la rotación de cultivos y la siembra de nuevas variedades.
Durante la década de 1990, la integración de sistemas de información geográfica (SIG) con datos satelitales fue clave para aumentar la precisión en el análisis y toma de decisiones. Esta combinación permitía procesar grandes cantidades de datos espaciales, crear mapas detallados de uso de suelo y generar modelos predictivos de rendimiento de cultivos. En esta época también comenzaron a surgir tecnologías como el GPS (Sistema de Posicionamiento Global), que se integraron rápidamente en el agro para mejorar la agricultura de precisión, lo que facilitó la aplicación de insumos en el lugar y momento adecuados.
Con el paso de los años y el avance de la tecnología satelital, surgieron satélites con mejores resoluciones espaciales y temporales, lo que permitió un monitoreo más detallado y frecuente de los cultivos. Actualmente, existen constelaciones de satélites dedicadas a monitorear la superficie terrestre con diferentes objetivos, como la detección de humedad del suelo, el análisis de la temperatura de la superficie o la identificación de enfermedades y plagas en cultivos. Además, el desarrollo de algoritmos de inteligencia artificial y aprendizaje automático ha potenciado el procesamiento de grandes volúmenes de datos satelitales, permitiendo generar información valiosa para la toma de decisiones en tiempo real.