Hoy quiero compartir con ustedes cinco consejos prácticos para mejorar el marketing en su agronegocio. Estas ideas resultan útiles tanto si están iniciando un emprendimiento en el agro como si lideran una pequeña o mediana empresa del sector agrícola.
La ocasión es especial porque el 8 de octubre participaré en el 15° Foro de Agronegocios de la Universidad de Guanajuato – Campus Irapuato, donde hablaré sobre Comunicación y Marketing para Agronegocios. Aprovecho mi preparación para adelantarles estas reflexiones.
¿Cuál es la importancia de la repetición para el agromarketing?
Repetir un mensaje comercial puede parecer molesto, casi como un ruido de fondo que incomoda. Sin embargo, en el ámbito agrícola esa aparente molestia es la antesala del reconocimiento.
Cuando un productor supera la resistencia inicial de escuchar la misma idea en varias ocasiones, empieza a vincularla contigo y con tu negocio de forma automática. No te vuelves identificable por azar, sino por insistencia estratégica.
En el agro, donde las decisiones se toman con cautela y en lapsos prolongados, la repetición actúa como un faro. Un único impacto no basta para generar confianza ni para detonar una acción concreta.
El productor necesita escuchar la misma promesa en diferentes momentos y circunstancias antes de integrarla a su mapa mental. Esa familiaridad reiterada se transforma en certeza, y la certeza, en preferencia.
Es cierto que, al inicio, el agricultor puede sentir que insistes demasiado. Sin embargo, su día a día está saturado de estímulos: desde el clima hasta las variaciones de precios.
Un mensaje repetido, incluso si parece insistente, consigue atravesar esa saturación. Cuando finalmente se instala en su memoria, deja de ser una molestia para convertirse en una referencia confiable.
Lo interesante es que la repetición no solo construye memoria individual, también forja identidad colectiva. Cuando varios productores de una región escuchan la misma idea una y otra vez, terminan comentándola entre ellos.
La conversación se convierte en un eco de tu mensaje, y lo que al principio parecía un exceso de insistencia se transforma en reputación compartida. Ya no eres un actor más: eres la marca que todos mencionan.
Además, la repetición obliga a simplificar y clarificar el mensaje. Si deseas expresarlo muchas veces, debes destilarlo hasta su esencia, hacerlo comprensible y fácil de transmitir.
Esa claridad incrementa las probabilidades de que el productor lo adopte, lo repita y lo defienda frente a otros. Así, la repetición no solo te vuelve identificable, también convierte a otros en portavoces de tu negocio.
Por eso, repetir no es redundar sin sentido. Es trazar una huella persistente que, aunque al principio genere resistencia, termina por convertirse en la base de tu identidad en el mercado agrícola.
Quien repite con coherencia y paciencia acaba, tarde o temprano, por erigirse en el punto de referencia inevitable cuando llega el momento de decidir.