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Episodio 193 de Podcast Agricultura

Episodio 193: Producción forzada y desfasamiento de cosechas

La producción forzada consiste en una serie de prácticas que tienen como objetivo desfasar la cosecha de un frutal, lo que se busca para cosechar durante una ventana de producción que sea más redituable económicamente, sin embargo, su objetivo también es poder producir un cultivo fuera de sus condiciones climáticas ideales.

¿Qué implica el concepto de producción forzada?

La producción forzada es una técnica agrícola que busca alterar el ciclo natural de las plantas para obtener cosechas fuera de temporada o para incrementar la producción en momentos específicos. Este concepto implica la manipulación de ciertos factores ambientales y fisiológicos que controlan el crecimiento y desarrollo de los cultivos, como la luz, la temperatura, la humedad y los nutrientes.

Uno de los aspectos clave de la producción forzada es el control de la luz. Las plantas dependen de la duración y la intensidad de la luz para regular su crecimiento. En producción forzada, se emplean sistemas de iluminación artificial que permiten extender las horas de luz diurna o simular ciertas condiciones estacionales. Esto es particularmente útil en cultivos como la floricultura, donde se busca sincronizar la floración con fechas específicas, como las festividades. En otros casos, se utilizan mallas de sombreo o invernaderos con cobertura para limitar la exposición a la luz solar directa y controlar mejor el ambiente.

El control de la temperatura también es un elemento central en la producción forzada. Las temperaturas óptimas para el desarrollo de los cultivos varían dependiendo de la especie, pero la manipulación de estas condiciones permite adelantar o retrasar la producción. Los invernaderos climatizados, por ejemplo, permiten cultivar productos en regiones o estaciones donde normalmente no podrían crecer debido a las bajas temperaturas. Esta técnica es común en la producción de hortalizas y frutas como el tomate o la fresa.

Otro factor que se manipula en la producción forzada es el riego y la fertilización controlada. Al regular cuidadosamente la cantidad de agua y los nutrientes suministrados a las plantas, se puede inducir un crecimiento más rápido o más vigoroso. Esto puede implicar la aplicación de fertilizantes específicos en momentos clave del ciclo de cultivo o el uso de técnicas de riego por goteo para asegurar que las plantas reciban la cantidad exacta de agua que necesitan sin desperdicio.

Además, en algunos casos, se emplean hormonas o reguladores del crecimiento para influir en el desarrollo de las plantas. Estas sustancias químicas se aplican para alterar procesos naturales como la germinación, el enraizamiento o la maduración de los frutos, permitiendo una mayor flexibilidad en el manejo del tiempo de producción. Por ejemplo, las hormonas de floración se pueden usar para inducir la aparición de flores fuera de su temporada normal.

La producción forzada, aunque ofrece beneficios en términos de rentabilidad y flexibilidad, también requiere un alto nivel de conocimiento técnico y una inversión significativa en infraestructura.

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