PODCAST AGRICULTURA

Opiniones y entrevistas del agro

Agrotextos – Redacción profesional para el agro

Episodio 017 de Podcast Agricultura

Episodio 017: ¿Cómo podemos producir nuestros alimentos?

Si todos tuviéramos un huerto urbano en nuestras casas, muy posiblemente podríamos producir gran parte de nuestra comida. ¿Cierto? Bueno, la cuestión no es tan sencilla como parece, ya que hay cuestiones que complican bastante este tema. Por lo tanto, quien lo simplifique está cometiendo un error.

¿Realmente deberíamos producir nuestros propios alimentos?

Producir nuestros propios alimentos es un tema que ha cobrado relevancia en los últimos años por razones como la seguridad alimentaria, la sostenibilidad y la independencia de los sistemas de distribución. La idea de cultivar lo que consumimos nos remite a la autosuficiencia, un modelo que parece atractivo tanto para comunidades rurales como urbanas que buscan tener más control sobre su alimentación. Pero más allá del romanticismo de sembrar nuestra propia comida, hay muchas variables a considerar para determinar si realmente deberíamos producir nuestros propios alimentos.

La seguridad alimentaria es uno de los principales argumentos para la producción propia de alimentos. Al cultivar tu comida, sabes exactamente cómo se produjo y bajo qué condiciones, lo que puede ser crucial en un contexto donde los problemas de salud relacionados con la alimentación son frecuentes. Por ejemplo, tener un huerto familiar te permite evitar el uso de pesticidas y fertilizantes químicos, optando por métodos más orgánicos y saludables. Además, puedes escoger qué variedades de frutas y hortalizas plantar, priorizando aquellas que sean más nutritivas y frescas al momento de cosecha.

La sostenibilidad es otro factor importante. La agricultura convencional ha generado una serie de impactos ambientales como la deforestación, la contaminación del agua y la erosión del suelo. Producir tus propios alimentos a pequeña escala puede ser una forma de minimizar estos impactos. Prácticas como el compostaje, el uso de aguas pluviales y el cultivo de alimentos en tu propio espacio reducen la huella ecológica y promueven la economía circular. La producción local de alimentos también disminuye el transporte de productos desde otras regiones o países, lo que a su vez reduce las emisiones de carbono.

A nivel económico, producir tus propios alimentos puede ser una manera de ahorrar dinero, aunque esto depende de la escala y de la inversión inicial. Tener un huerto en casa implica ciertos costos como la compra de semillas, herramientas y materiales para el suelo, así como el tiempo y esfuerzo dedicados al cultivo. Sin embargo, una vez que el huerto está en funcionamiento, los costos recurrentes suelen ser bajos. Además, cultivar tus alimentos puede ofrecerte la satisfacción de cosechar productos frescos, con un sabor y calidad superiores a muchos productos comprados en supermercados.

En cuanto al tema de la resiliencia alimentaria, la pandemia de COVID-19 puso de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas de distribución y el abastecimiento de alimentos. La interrupción de cadenas logísticas y el cierre de mercados evidenciaron la importancia de contar con fuentes locales y directas de alimentos. Producir tus propios alimentos te da cierta independencia frente a este tipo de situaciones. Aunque no todos tienen el espacio o las habilidades para cultivar todo lo que consumen, incluso un pequeño huerto urbano puede contribuir a diversificar la fuente de alimentos y reducir la dependencia de los sistemas comerciales.

Por otro lado, no hay que olvidar la conexión que se genera con la tierra y el proceso de cultivo. Para muchas personas, producir sus propios alimentos no solo se trata de obtener comida; es una actividad que les permite estar en contacto con la naturaleza, aprender sobre plantas y ciclos de vida, e involucrar a la familia en un proyecto común. Además, esta práctica fomenta una mayor apreciación por los alimentos, ya que al involucrarte en el proceso de producción, entiendes el tiempo, el esfuerzo y el cuidado necesarios para obtener una simple hortaliza.

Sin embargo, la autosuficiencia alimentaria total es un desafío que no todos pueden asumir. Producir una dieta completa requiere espacio, tiempo y conocimiento. No todos los climas ni tipos de suelo son adecuados para ciertos cultivos, y además, se necesita entender las necesidades específicas de cada planta, como su riego, abonado y protección contra plagas. Para muchos, una solución mixta puede ser la más viable: cultivar ciertos alimentos en casa, como vegetales de rápido crecimiento o hierbas aromáticas, y seguir adquiriendo otros productos más complejos a través de mercados locales o comercios especializados.

La producción propia de alimentos también plantea preguntas sobre la escala y el propósito. En entornos rurales, donde hay más espacio y experiencia agrícola, la autosuficiencia es más factible. Pero en áreas urbanas, la falta de espacio y recursos puede limitar la capacidad de cultivar alimentos suficientes para cubrir todas las necesidades. Por eso, muchos defensores de la agricultura urbana y periurbana proponen modelos colectivos, como huertos comunitarios o sistemas de producción cooperativa, que combinan esfuerzos y recursos para producir alimentos de forma local y sostenible.

Mejora tu comunicación como profesionista agrícola

Suscríbete a mi boletín personal sobre comunicación en el agro