Con la agricultura actual nos estamos cargando a los insectos, en especial a los polinizadores, algo que constituye un problema de magnitud desconocida que apenas estamos comenzando a afrontar. Justamente en este sentido en Estados Unidos se ha creado la Certificación Be Better.
¿Qué certificaciones relacionadas con polinizadores existen?
Las certificaciones relacionadas con polinizadores han ganado relevancia en los últimos años debido a la importancia de estos insectos en la producción agrícola y la sostenibilidad ambiental. Estas certificaciones buscan garantizar que los sistemas de producción agrícola promuevan la conservación y el bienestar de los polinizadores, ya sean abejas, mariposas u otros insectos benéficos. A continuación, te detallo algunas de las certificaciones más destacadas.
Bee Better Certified es una certificación específica que promueve prácticas agrícolas que beneficien a las abejas y otros polinizadores. Desarrollada por la Xerces Society, esta certificación establece normas sobre el uso de plaguicidas y la creación de hábitats amigables para los polinizadores. Los productores certificados se comprometen a reducir la aplicación de plaguicidas dañinos y a establecer zonas con plantas nativas que sirvan de alimento y refugio para estos insectos. La certificación Bee Better ayuda a los agricultores a mejorar sus prácticas y, al mismo tiempo, ofrece una herramienta de marketing para diferenciar sus productos como sostenibles y respetuosos con los polinizadores.
Rainforest Alliance es otra certificación reconocida a nivel mundial que aborda el tema de los polinizadores dentro de un enfoque más amplio de sostenibilidad. Las normas de esta certificación incluyen requisitos sobre la gestión integrada de plagas, la protección de la biodiversidad y la conservación de ecosistemas naturales, que son clave para mantener y promover poblaciones saludables de polinizadores. Aunque no está centrada exclusivamente en polinizadores, esta certificación fomenta prácticas agrícolas que favorecen a estos insectos y mejoran la salud general del agroecosistema.
La certificación GlobalG.A.P. incluye criterios sobre biodiversidad y sostenibilidad que, indirectamente, promueven la protección de los polinizadores. Dentro de sus normas de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), se enfatiza la gestión sostenible de los recursos naturales y la reducción del impacto ambiental de la producción agrícola, lo que contribuye a crear condiciones más favorables para los polinizadores. Los productores que buscan esta certificación deben implementar planes de manejo de plagas respetuosos con el medio ambiente y proteger hábitats naturales dentro de sus fincas.
La Iniciativa para la Protección de Polinizadores de la Unión Europea (EU Pollinators Initiative) no es una certificación en sí, pero ha establecido directrices y normativas para la protección de polinizadores en toda Europa. Estas regulaciones influyen directamente en otras certificaciones locales y regionales que buscan garantizar la seguridad de los polinizadores en los sistemas de producción agrícola. Los estándares europeos relacionados con el uso de plaguicidas y la promoción de la biodiversidad han impulsado que muchas fincas y productores se adapten a prácticas más amigables con estos insectos.
Algunas certificaciones orgánicas también incluyen criterios específicos para el cuidado de los polinizadores. Por ejemplo, las normas de producción orgánica exigen la eliminación del uso de pesticidas sintéticos, que son perjudiciales para los polinizadores. Al promover prácticas de manejo más naturales y diversas, estas certificaciones ayudan a crear entornos agrícolas que sostienen a las poblaciones de polinizadores y su función dentro del ecosistema.
FiBL (Instituto de Investigación de Agricultura Orgánica) y Demeter son ejemplos de certificaciones de producción biodinámica y orgánica que, aunque no están centradas exclusivamente en polinizadores, establecen criterios de biodiversidad, salud del suelo y sostenibilidad que crean ambientes agrícolas más favorables para estos insectos. En la agricultura biodinámica, la finca se concibe como un organismo completo y autosuficiente, lo que naturalmente beneficia la presencia de polinizadores al promover hábitats más diversos y menos perturbados por prácticas químicas convencionales.