Cuando hablamos de los primeros invernaderos en México nos tenemos que remontar a hace alrededor de un siglo, cuando se tiene registro de dos invernaderos en la Ciudad de México. Sin embargo, su uso se masificó gracias a su implementación en la floricultura en algunos municipios del centro del país.
¿Cuál es la historia de los primeros invernaderos que hubo en México?
Los primeros invernaderos en México comenzaron a aparecer a finales de los años 50 y principios de los 60, cuando la tecnología de producción bajo cubierta apenas se estaba desarrollando en distintas partes del mundo. En ese momento, el objetivo principal de estos invernaderos no era tanto la producción comercial a gran escala, sino más bien la investigación y la experimentación. Las universidades y centros de investigación agrícola fueron los pioneros en implementar este tipo de instalaciones.
Uno de los primeros usos de los invernaderos en México fue para cultivos de alto valor como flores y hortalizas, pero no fue sino hasta los años 80 que el concepto empezó a ganar relevancia entre los productores. En aquella época, el mercado de exportación de flores hacia Estados Unidos impulsó el interés por esta tecnología. Estados como Puebla y Morelos fueron de los primeros en experimentar con la producción de flores en invernaderos, aprovechando sus climas templados y el creciente mercado exterior.
A mediados de los 90, el desarrollo de los invernaderos en México dio un salto significativo, gracias a la apertura comercial y la creciente demanda internacional de productos frescos, especialmente hortalizas. Empresas nacionales y extranjeras empezaron a invertir en la infraestructura necesaria para la producción de jitomate, pepino y pimientos en invernaderos de alta tecnología. Esto permitió a los agricultores mexicanos competir con otros países en el mercado global, especialmente en temporadas en las que los países del norte no podían producir debido a las condiciones climáticas.
Los invernaderos en esta fase ya contaban con mejoras tecnológicas importantes. Se introdujeron sistemas de riego por goteo, control de temperatura y humedad, y técnicas avanzadas de fertirrigación. Esto no solo aumentó la productividad, sino que también permitió un mayor control sobre las plagas y enfermedades, reduciendo la necesidad de pesticidas. La tecnología holandesa, líder en la industria de invernaderos a nivel mundial, fue una de las más influyentes en esta etapa de desarrollo.
Actualmente, los invernaderos en México se encuentran distribuidos en varias regiones, siendo estados como Jalisco, Sinaloa y Baja California líderes en la producción bajo cubierta. Las tecnologías han seguido evolucionando, con sistemas automatizados y energías renovables como parte del futuro de la agricultura protegida en el país. Sin embargo, los primeros invernaderos sentaron las bases para lo que hoy es una de las industrias más importantes del sector agroalimentario mexicano.