Tanto la falta como el exceso de agua perjudican a la producción agrícola, disminuyendo los rendimientos esperados, por lo que resulta fundamental que el riego se gestione de la manera más adecuada posible. Sobre este tema nos habla Rodrigo Tissera, cofundador y Head of Business Development de Kililimo AgTech.
Rodrigo es ingeniero agrónomo, egresado de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina), con una década de experiencia en riego agrícola, que incluye el desarrollo de proyectos en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), por lo que conoce a la perfección las necesidades que existen sobre el riego agrícola.
En este sentido, Rodrigo nos platica con detalle qué implica una correcta gestión del riego, incluyendo los parámetros que se deben de considerar para obtener una recomendación sobre cómo, cuándo y cuánto regar, algo que realizan a través de su plataforma digital para ayudar a los agricultores a utilizar mejor el agua.
También nos habla sobre la huella hídrica, un tema que apenas comienza a tomar fuerza y que pronto se convertirá en una tendencia mundial, además de que es un tema en el que tiene autoridad pues Kilimo AgTech es la primera herramienta digital de América Latina certificada para medir la huella hídrica en la agricultura.
¿Cómo se mejora la gestión del riego agrícola con tecnología?
La gestión del riego agrícola ha evolucionado significativamente con el uso de tecnología avanzada. Hoy en día, es posible optimizar el uso del agua, mejorar la eficiencia y aumentar la productividad de los cultivos.
Los sensores de suelo son una herramienta fundamental. Estos dispositivos se colocan en diferentes puntos del campo y miden la humedad del suelo en tiempo real. Con esta información, puedes saber exactamente cuándo y cuánto regar, evitando el desperdicio de agua y asegurando que las plantas reciban la cantidad adecuada de humedad. Esto también previene el estrés hídrico en los cultivos.
Los sistemas de riego automatizados, controlados por estos sensores, ajustan automáticamente la cantidad de agua aplicada según las necesidades del suelo. Estos sistemas pueden estar conectados a una red IoT, permitiendo el monitoreo y control remoto. Desde tu smartphone o computadora, puedes revisar el estado del riego y hacer ajustes necesarios sin estar físicamente en el campo.
El uso de drones es otra innovación importante. Los drones pueden sobrevolar las áreas de cultivo y capturar imágenes detalladas con cámaras multiespectrales. Estas imágenes permiten identificar zonas con estrés hídrico o problemas en el riego. Con esta información, puedes dirigir los recursos de riego de manera más precisa, focalizando las áreas que realmente lo necesitan.
Las estaciones meteorológicas automatizadas proporcionan datos climáticos en tiempo real. Estas estaciones miden parámetros como la temperatura, la humedad, la velocidad del viento y la radiación solar. Con estos datos, puedes predecir las necesidades de riego según las condiciones ambientales. Por ejemplo, en días calurosos y secos, las plantas necesitarán más agua.
Los softwares de gestión agrícola integran todos estos datos en una plataforma centralizada. Estos programas te permiten analizar la información recolectada por los sensores de suelo, los drones y las estaciones meteorológicas. Con análisis avanzados, puedes planificar y optimizar el riego a largo plazo, ajustando las estrategias según las tendencias y patrones observados.
El uso de tecnologías de riego de precisión, como el riego por goteo, mejora aún más la eficiencia. Este método aplica el agua directamente en la zona de la raíz de las plantas, minimizando las pérdidas por evaporación y escorrentía. Además, puedes combinar el riego por goteo con la fertirrigación, aplicando nutrientes junto con el agua de riego, optimizando el crecimiento y la salud de las plantas.
La inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático también están jugando un papel crucial. Estos sistemas pueden analizar grandes volúmenes de datos y proporcionar recomendaciones específicas para el riego. Por ejemplo, la IA puede predecir la demanda de agua de los cultivos basándose en datos históricos y condiciones actuales, ajustando el riego de manera óptima.
La adopción de estas tecnologías no solo mejora la eficiencia del uso del agua, sino que también contribuye a la sostenibilidad ambiental y a la reducción de costos operativos. La gestión del riego agrícola con tecnología avanzada es una herramienta poderosa para enfrentar los desafíos actuales y futuros en la agricultura.