Episodio 292 de Podcast Agricultura

Episodio 292: Desarrollo de variedades de tomate de cáscara con Carolina Flores

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El día de hoy platiqué con Carolina Flores, quien actualmente se desempeña en el área de ventas de Physalis Seed, una marca de semillas de tomate de cáscara desarrolladas por el profesor-investigador Dr. Aureliano Peña Lomelí de la Universidad Autónoma Chapingo, como parte de sus investigaciones.

Carolina estudió biología en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y realizó sus estudios de maestría y doctorado en ciencias horticultura en la Universidad Autónoma Chapingo; además, cuenta con experiencia laboral en el área postcosecha de frutas y hortalizas.

Durante nuestra plática hablamos sobre la importancia del Catálogo Nacional de Variedades Vegetales en lo que respecta a la protección de las variedades vegetales, para evitar la biopiratería, el cual depende del Sistema Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS).

También platicamos sobre cómo surgió la empresa de semillas de tomate verde Physalis Seed y qué es lo que ofrece en cuanto a las variedades de este cultivo que está ofreciendo al mercado, así como el proceso que se sigue para desarrollar nuevas variedades de tomate de cáscara.

¿Qué retos genéticos tiene el desarrollo de variedades de tomate verde o de cáscara?

El desarrollo de variedades de tomate verde o de cáscara presenta varios retos genéticos importantes. Uno de los principales es la resistencia a enfermedades. Las variedades deben ser capaces de resistir patógenos como el tizón temprano y tardío, así como virus específicos del tomate. Para lograrlo, es esencial identificar y cruzar genes de resistencia presentes en otras variedades o especies silvestres.

Otro desafío es mejorar la calidad y el rendimiento del fruto. Esto incluye características como el tamaño, sabor, textura y contenido nutricional. Se deben seleccionar y combinar genes que mejoren estas cualidades sin comprometer la productividad. La heterosis o vigor híbrido puede ser una estrategia útil, aunque requiere una gestión cuidadosa de los parentales.

La adaptación a diferentes condiciones ambientales es crucial. Las variedades deben ser capaces de crecer en diversos climas y suelos, y tolerar estrés abiótico como sequía, salinidad y temperaturas extremas. La identificación y utilización de genes de tolerancia a estrés es fundamental en este aspecto.

La compatibilidad genética entre variedades silvestres y cultivadas es otro reto. Las especies silvestres pueden aportar genes valiosos, pero la hibridación puede ser complicada debido a diferencias genéticas significativas. Es necesario un trabajo intensivo de retrocruzamiento y selección para incorporar los rasgos deseados sin perder las características agronómicas importantes.

El mejoramiento de la eficiencia en el uso de nutrientes es también relevante. Las plantas deben ser capaces de absorber y utilizar nutrientes de manera más eficiente para reducir la necesidad de fertilizantes y minimizar el impacto ambiental. Esto implica identificar genes que regulen el metabolismo y la absorción de nutrientes.

Finalmente, la aceptación por parte de los agricultores y consumidores es un factor crítico. Las nuevas variedades deben cumplir con las expectativas de los productores en términos de facilidad de cultivo y rentabilidad, y satisfacer las preferencias de los consumidores en cuanto a sabor y apariencia.

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