En este episodio platiqué con Fidel Sánchez, un apicultor mexicano que trabaja en Estados Unidos, sobre los diversos retos que se tienen en este negocio que en las últimas décadas se ha visto amenazado por enfermedades y otras problemáticas, así como también platicamos sobre las claves para tener un negocio apícola exitoso.
Fidel trabaja en la empresa GN PRODUCTORES como encargado de apicultura, también da soporte técnico en la empresa Ferapis y trabaja en la empresa Hilbert’s Honey en Estados Unidos, encargado de diversos desarrollos en conjunto con la Universidad de Florida; tiene certificado de patología apícola por la Universidad Mar de Plata (Argentina), reconocimiento por implementar nuevos manejos en la apicultura en Tanzania y certificado en manejo de colmenas para la polinización por parte del Departamento de Agricultura en Australia.
La apicultura es un negocio gratificante y desafiante, siendo que los apicultores deben ser capaces de cuidar de sus abejas, cosechar miel y vender sus productos, además de gestionar la salud de la colonia, porque es susceptible de sufrir diversas enfermedades y plagas. Una colonia sana es esencial para el éxito del negocio.
La miel, uno de los edulcorantes naturales más populares, tiene otras propiedades que la hacen atractiva para fabricantes y consumidores: conservador natural, fuente de antioxidantes y tiene propiedades antibacterianas. Sin embargo, hoy en día la miel escasea debido al aumento de la demanda. Aunque la producción mundial de miel se ha mantenido relativamente estable en los últimos años, su consumo ha aumentado considerablemente. Este aumento se debe a la creciente concienciación sobre los beneficios para la salud de la miel, así como a su perfil de sabor único. Como consecuencia, los precios de la miel también han subido.
¿Cómo se interrelaciona la apicultura con la agricultura?
La apicultura y la agricultura están íntimamente interrelacionadas debido a la importancia de las abejas como polinizadoras. Las abejas melíferas y otras especies de abejas desempeñan un papel crucial en la polinización de muchos cultivos. La polinización aumenta el rendimiento y la calidad de frutas, vegetales y otros productos agrícolas.
Los agricultores a menudo contratan servicios de apicultores para llevar colmenas a sus campos durante las temporadas de floración. Esto beneficia a ambas partes: los agricultores obtienen una mayor polinización y los apicultores tienen acceso a diversas fuentes de néctar y polen para sus abejas.
Las prácticas agrícolas afectan a las abejas y, por ende, a la apicultura. El uso de pesticidas y herbicidas puede ser perjudicial para las poblaciones de abejas. El monocultivo limita la diversidad de fuentes de alimento para las abejas, reduciendo su capacidad de alimentarse durante todo el año. Los apicultores trabajan con agricultores para promover prácticas agrícolas más sostenibles y respetuosas con las abejas, como el uso de pesticidas menos tóxicos y la implementación de áreas de cultivo diversificadas.
Los apicultores y agricultores también colaboran en el manejo de enfermedades y plagas. La propagación de enfermedades entre colmenas puede afectar la capacidad de polinización, impactando la producción agrícola. Los apicultores implementan programas de control de enfermedades para mantener la salud de las abejas, mientras que los agricultores crean entornos que reducen el riesgo de contagio.
El cambio climático y otros factores ambientales también influyen en la relación entre apicultura y agricultura. Cambios en los patrones climáticos afectan la floración de cultivos, alterando el calendario de polinización. Los apicultores y agricultores deben adaptarse a estos cambios para mantener una relación productiva y sostenible.