En la agricultura es común escuchar preguntas de este tipo y sentirnos comprometidos a responderlas, en cuyo caso estamos cometiendo un grave error, porque no necesariamente tenemos que elegir una u otra respuesta, sino que hay que empezar a encontrar la forma de que ambas respuestas sean viables.
Al final creo que existen los recursos suficientes para impulsar todos los tipos de agricultura, ya que el reto, de enorme magnitud, que estamos enfrentando todos los que trabajamos o estamos inmersos de alguna u otra manera en este sector, requerirá echar mano de todo lo que se tenga.
Por esta razón no se trata de elegir entre agricultura tecnificada, como han hecho anteriores gobiernos, o agricultura de subsistencia, cómo está haciendo el gobierno actual, porque absolutamente todos cayeron en el error que les comento de pensar que tenían que elegir uno u otro extremo del sector agrícola.
Por esta razón los invito a realizar la reflexión correspondiente, para que puedan comprender que la agricultura tecnificada y de exportación tiene grandes ventajas para el país, como por ejemplo, el ingreso económico que generan, pero que la agricultura de subsistencia también tiene que tenerse en la mira por el impacto social que representa.
¿Por qué se deben apoyar las agriculturas tecnificadas y de subsistencia por igual?
Las agriculturas tecnificadas y de subsistencia juegan roles cruciales en el sistema alimentario global y requieren apoyo por razones distintas pero igualmente importantes.
En las agriculturas tecnificadas, la implementación de tecnología avanzada permite un alto nivel de eficiencia y productividad. Estas prácticas usan maquinaria moderna, sistemas de riego avanzados y métodos de gestión de datos para maximizar el rendimiento por hectárea. Este tipo de agricultura contribuye significativamente a la producción mundial de alimentos y puede adaptarse más fácilmente a las necesidades de mercados globales, asegurando estabilidad en el suministro y precios más competitivos.
Apoyar la agricultura tecnificada implica fomentar innovación, sostenibilidad y competitividad. Esto puede llevar a un uso más eficiente de recursos como el agua y la tierra, además de reducir la huella ambiental mediante técnicas precisas. Asimismo, las granjas tecnificadas pueden ser pioneras en la adopción de prácticas agrícolas sostenibles, como la agricultura de precisión, que disminuye el impacto ambiental y mejora la calidad del producto.
En contraste, la agricultura de subsistencia es fundamental para la seguridad alimentaria de muchas comunidades rurales y contribuye a la diversidad agrícola y cultural. A menudo, estas prácticas están arraigadas en tradiciones locales y brindan sustento directo a familias y pequeñas comunidades. El apoyo a este tipo de agricultura significa promover la autonomía y la resiliencia de comunidades rurales, permitiendo a los agricultores mantener su forma de vida y garantizar su propia seguridad alimentaria.
El respaldo a la agricultura de subsistencia puede involucrar proporcionar recursos y conocimientos para mejorar la productividad sin romper con las prácticas tradicionales. Esto implica dar acceso a insumos básicos, formación técnica, y oportunidades de mercado para los pequeños agricultores. Además, la agricultura de subsistencia puede contribuir a la conservación de la biodiversidad, ya que muchos agricultores de subsistencia practican la rotación de cultivos y otras técnicas ecológicamente amigables.
Ambos tipos de agricultura, aunque diferentes, necesitan apoyo para contribuir a un sistema alimentario más equitativo y sostenible. La agricultura tecnificada asegura la producción a gran escala y puede integrar nuevas tecnologías para mejorar la sostenibilidad. Al mismo tiempo, la agricultura de subsistencia preserva prácticas agrícolas tradicionales y garantiza la seguridad alimentaria a nivel local.