
La zarzamora es una de las 4 berries comerciales que en la actualidad tienen mayor relevancia, junto con la fresa, la frambuesa y el arándano; en el caso de la zarzamora se trata de un cultivo perenne que mantiene su sistema radicular a lo largo de los años, mientras que la parte aérea de la planta es anual.
Al tratarse de un cultivo cuyas raíces se mantienen en campo por varios años, es fundamental realizar una adecuada preparación del terreno, lo que incluye la aplicación de enmiendas tales como compostas, topure y/o arena, así como la correcta formación de las camas de cultivo y el posterior acolchado.
Otro punto importante a tener en cuenta es el tema del riego, pues tanto el exceso como la deficiencia de agua afectan directamente al rendimiento esperado. Ojo, la raíz de la zarzamora es extremadamente resistente, por lo que a veces se suele pensar que no le pasa nada cuando el suelo está encharcado, pero si pasa.
De igual manera la fertilización debe ser adecuada, y aquí depende de cada variedad, pues las empresas conocen los requerimientos nutrimentales de sus nuevas variedades propietarias, por lo que hay que comenzar con dicha recomendación e ir ajustando según lo que se vaya observando.