Conversé con Jonahtan Lira, responsable del área técnica en Germen Biotecnología, sobre bioestimulantes y biofertilizantes, especialmente la diferencia entre ambos y sus principales beneficios, así como las razones por las cuales estos productos pueden ayudar a mejorar la producción agrícola.
También platicamos sobre cuáles son los retos asociados con el uso de bioestimulantes y biofertilizantes en la agricultura, pues aunque su uso se ha hecho común en los últimos años, lo cierto es que todavía existe cierta resistencia por parte de los agricultores para usarlos en sus cultivos.
¿Cuándo surgieron los bioestimulantes y biofertilizantes en el agro?
Los bioestimulantes y biofertilizantes en el sector agroalimentario surgieron como resultado de la creciente preocupación por la sostenibilidad y la búsqueda de alternativas más amigables con el medio ambiente en la agricultura.
El concepto de bioestimulantes se desarrolló en la década de 1990, y estos productos consisten en sustancias naturales o microorganismos que, aplicados a las plantas o al suelo, mejoran su desarrollo, crecimiento y resistencia a factores adversos.
Los biofertilizantes, por otro lado, se remontan a prácticas ancestrales de uso de microorganismos benéficos para mejorar la fertilidad del suelo y la nutrición de las plantas, pero su impulso en la agricultura moderna se intensificó en las últimas décadas.
Estos productos pueden aumentar la eficiencia en el uso de nutrientes, promover el crecimiento de las raíces, mejorar la absorción de nutrientes y fortalecer la tolerancia de las plantas a condiciones adversas, como sequías o enfermedades.
Además, al ser de origen natural, contribuyen a la reducción del impacto ambiental y pueden ser utilizados en sistemas agrícolas orgánicos. Sin embargo, es importante destacar que el desarrollo y la regulación de estos productos han presentado desafíos.