Hace un par de semanas estaba escuchando un podcast de negocios, en el que el entrevistado estaba explicando el panorama del transporte de trenes en Norteamérica. Entonces surgió un comentario con el cual entendí porque los trenes no se utilizan para transportar productos agrícolas.
Es curioso que así obtuve la respuesta a una pregunta que jamás me había formulado, pero después de escuchar dicha entrevista no me queda duda de que el tren tiene todo para convertirse en aliado estratégico del sector agroalimentario, el menos para lo que respecta a México.
¿Qué ventajas tiene transportar productos agrícolas por ferrocarril?
Transportar productos agrícolas por ferrocarril ofrece diversas ventajas. Primero, la eficiencia energética se destaca; los trenes pueden mover una gran cantidad de carga utilizando menos combustible en comparación con el transporte por camión. Esto se traduce en un menor costo por tonelada transportada, lo que hace que el ferrocarril sea una opción económicamente atractiva para largas distancias.
Además, la capacidad de carga es significativamente mayor en el ferrocarril. Un solo tren puede transportar la carga equivalente a varios camiones, reduciendo el número de viajes necesarios para mover grandes volúmenes de productos agrícolas. Esto no solo optimiza los tiempos de entrega sino que también disminuye la congestión en carreteras.
Otra ventaja importante es la reducción en la huella de carbono. Al ser más eficientes en el uso de combustible, los trenes emiten menos gases de efecto invernadero por tonelada transportada en comparación con los camiones. Este aspecto es crucial para empresas que buscan minimizar su impacto ambiental y cumplir con regulaciones o estándares de sostenibilidad.
El transporte ferroviario también ofrece una mayor seguridad en el traslado de productos. Los índices de accidentes son menores en comparación con el transporte por carretera, lo que resulta en menos pérdidas y daños a la carga. Esto es especialmente relevante para productos agrícolas perecederos o de alto valor.
Finalmente, el ferrocarril proporciona una fiabilidad en los tiempos de entrega. Aunque puede ser más lento que el transporte por carretera, su susceptibilidad a retrasos debido a condiciones de tráfico o climáticas es menor. Esto permite una mejor planificación y gestión de la cadena de suministro agrícola.