Los fertilizantes de lenta liberación son productos diseñados para liberar nutrientes de manera gradual en el suelo, proporcionando una fuente constante para las plantas. Esto mejora la eficiencia de la fertilización y reduce las pérdidas por lixiviación y volatilización.

Su funcionamiento se basa en recubrimientos especiales que rodean los gránulos de fertilizante, controlando la disolución de los nutrientes. Así, se liberan lentamente, en respuesta a factores como la temperatura y la humedad, asegurando una nutrición más prolongada y uniforme para las plantas.

¿Cuál fue el primer fertilizante de lenta liberación?

El primer fertilizante de lenta liberación que se desarrolló fue la urea-formaldehído. Este producto se creó en la década de 1940 y representó un avance significativo en la nutrición vegetal. A diferencia de los fertilizantes solubles tradicionales, que se disuelven rápidamente y liberan nutrientes de forma inmediata, el urea-formaldehído se diseñó para liberar nitrógeno de forma gradual. Esto permitió un suministro constante de nutrientes a lo largo del tiempo, reduciendo las pérdidas por lixiviación y la necesidad de aplicaciones frecuentes.

La urea-formaldehído es el resultado de la reacción química entre la urea y el formaldehído. Esta reacción forma una cadena molecular compleja que se descompone lentamente en el suelo, liberando nitrógeno a medida que los microorganismos del suelo descomponen las cadenas de carbono. Este proceso de descomposición depende de factores como la temperatura, la humedad y la actividad microbiana, lo que permite una liberación controlada de nutrientes.

Este fertilizante de lenta liberación fue especialmente beneficioso en cultivos de crecimiento prolongado y en suelos con alta susceptibilidad a la lixiviación. Al proporcionar una fuente continua de nitrógeno, ayudó a mejorar la eficiencia del uso de los fertilizantes y a reducir el impacto ambiental asociado con el exceso de nitrógeno en los sistemas agrícolas. Aunque hoy en día existen muchas otras formulaciones de fertilizantes de lenta liberación, la urea-formaldehído sentó las bases para el desarrollo de esta tecnología.

Su aparición marcó el comienzo de una nueva era en la gestión de nutrientes, enfocada en la eficiencia y la sostenibilidad. A partir de esta innovación, se han desarrollado otros productos que buscan optimizar la nutrición de las plantas, ajustándose a las necesidades específicas de cada cultivo y a las condiciones del suelo.