Episodio 484 de Podcast Agricultura

Episodio 484: Análisis del cultivo de la sandía en México

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Entre 2021 y 2023, el precio promedio de la sandía en México subió un 37% respecto a 2018-2020; además, en 2023, el precio promedio anual alcanzó los 11.30 pesos por kilo, muy por encima de los 7.33 pesos registrados en 2018, pese a una recuperación en la producción, que casi igualó al récord histórico de 2018.

El aumento sostenido de precios no solo responde a la menor producción de 2018 a 2022, sino también a factores adicionales en 2023: un incremento en las exportaciones, que redujo la oferta interna, y mayores costos de producción por la falta de mano de obra en Sonora y Chihuahua, principales estados productores.

¿Cuál es la relevancia de México en la producción mundial de sandía?

México tiene un papel destacado en la producción mundial de sandía, consolidándose como uno de los principales exportadores y productores de esta fruta. Gracias a su clima favorable, diversidad de suelos y capacidad productiva, el país ha logrado posicionarse como un actor clave en el mercado global. Las condiciones climáticas en regiones como Sonora, Veracruz, Guerrero y Colima permiten cultivar sandía durante gran parte del año, lo que asegura un suministro constante tanto para el mercado interno como para el extranjero.

El cultivo de sandía en México se caracteriza por su alto rendimiento y calidad, impulsados por el uso de técnicas modernas de manejo agrícola. La implementación de sistemas de riego tecnificado, fertilización balanceada y control integrado de plagas ha permitido aumentar la productividad y reducir pérdidas. Esto no solo beneficia a los productores, sino que también fortalece la competitividad del país frente a otros exportadores como Estados Unidos y China.

En términos de comercio internacional, México se encuentra entre los mayores exportadores de sandía a nivel mundial, con destinos principales como Estados Unidos y Canadá. La cercanía geográfica con estos países, junto con tratados comerciales como el T-MEC, facilita la exportación y asegura una ventaja competitiva en términos de costos y tiempos de envío. Además, el compromiso con estándares internacionales de calidad e inocuidad alimentaria ha permitido consolidar la confianza de los consumidores extranjeros en la sandía mexicana.

El mercado interno también juega un rol importante. La sandía es una de las frutas más consumidas en el país debido a su precio accesible, frescura y alto contenido de agua, que la convierten en una opción ideal para climas cálidos. Su popularidad ha impulsado la diversificación de variedades, incluyendo sandías con cáscara delgada, sin semillas o de tamaño compacto, adaptándose a las preferencias del consumidor.

Además, la producción de sandía en México tiene un impacto socioeconómico significativo. Genera empleo en las comunidades rurales, no solo en las etapas de cultivo y cosecha, sino también en la cadena de distribución y comercialización. Esto contribuye al desarrollo local y a la mejora de las condiciones de vida de miles de familias que dependen de esta actividad agrícola.

Por otro lado, la sostenibilidad en el cultivo de sandía es un tema cada vez más relevante. Enfrentando retos como el cambio climático y la escasez de agua, los agricultores mexicanos han comenzado a adoptar prácticas más responsables, como el uso eficiente de recursos hídricos, la incorporación de biofertilizantes y el manejo adecuado de residuos agrícolas. Estas iniciativas buscan garantizar la continuidad del cultivo y mitigar su impacto ambiental.