La agricultura vertical es un sistema de producción agrícola que podría representar el futuro de la agricultura, dado que nos estamos quedando sin tierras cultivables y el espacio hacia arriba prácticamente lo estamos desperdiciando en su totalidad, aunque por supuesto, se tienen ciertas ventajas y desventajas de cultivar hacia arriba.

¿Quién desarrolló por primera vez la agricultura vertical?

La agricultura vertical, como concepto moderno, fue desarrollado por el ecólogo y profesor de la Universidad de Columbia, **Dickson Despommier**, en el año 1999. Despommier, junto con un grupo de estudiantes de posgrado, comenzó a explorar la idea de cultivar plantas en ambientes controlados dentro de edificios urbanos. Su objetivo era encontrar soluciones sostenibles a los problemas asociados con la agricultura tradicional, como la pérdida de tierras cultivables, la escasez de agua y el transporte a largas distancias.

La idea de Despommier no partió de cero; ya existían antecedentes en el uso de invernaderos y métodos de cultivo en interiores, pero él llevó el concepto a un nuevo nivel. Propuso la creación de granjas verticales en edificios de varios pisos, donde las plantas pudieran crecer en capas superpuestas utilizando técnicas de cultivo hidropónico y aeropónico. Esto permitiría producir alimentos dentro de las ciudades, cerca de los consumidores, y al mismo tiempo reducir la dependencia de los recursos naturales de las zonas rurales.

Su trabajo capturó la atención del mundo académico, de urbanistas y de la industria agrícola, ya que planteaba una solución innovadora para los problemas globales de seguridad alimentaria. Desde ese momento, la agricultura vertical ha evolucionado y se ha implementado en distintos lugares del mundo, especialmente en países con poca tierra cultivable, como Japón y Singapur.

A pesar de que Despommier fue quien formalizó y popularizó el concepto moderno de la agricultura vertical, es importante señalar que la idea de cultivar en espacios verticales ha existido desde tiempos antiguos. Un ejemplo claro son los jardines colgantes de Babilonia. Sin embargo, fue con los avances tecnológicos y la necesidad de alimentar a una creciente población urbana que la visión de Despommier se convirtió en una realidad viable.