En este episodio te comento las principales estadísticas de producción de cebada a nivel nacional: producción obtenida, superficie sembrada y cosechada, rendimiento promedio, precio medio y valor de la producción. Además, te menciono los estados y los municipios que lideran la producción de este cultivo.

¿Desde cuándo se produce cebada en México?

La producción de cebada en México tiene una historia que se remonta a la época colonial. Los primeros registros de su cultivo datan del siglo XVI, cuando los colonizadores españoles introdujeron varios cereales europeos en el territorio. La cebada llegó junto con el trigo y otros cultivos importantes, impulsada por la necesidad de adaptar la agricultura local a las nuevas costumbres alimentarias y a la producción de bebidas como la cerveza, que comenzó a cobrar relevancia con el tiempo.

La cebada se adaptó rápidamente a diversas regiones del país, en especial a aquellas con climas templados y fríos, como las zonas altas del Valle de México y del Bajío. El altiplano central fue clave en su expansión, ya que las condiciones agroclimáticas permitieron que se convirtiera en uno de los cultivos más importantes para los nuevos asentamientos europeos. Además, la cebada encontró su lugar en los sistemas de rotación de cultivos con el maíz, lo que mejoró su viabilidad.

En los siglos posteriores, el cultivo de cebada en México fue consolidándose, especialmente en relación con la creciente demanda de la industria cervecera, que ha sido un motor importante para la producción de este grano. Durante el siglo XIX y principios del XX, la expansión de la industria cervecera en el país, junto con la construcción de infraestructura ferroviaria, facilitó la distribución de la cebada y fomentó su siembra en estados como Guanajuato, Hidalgo y Estado de México, donde sigue siendo una actividad agrícola relevante.

El desarrollo de variedades de cebada mejor adaptadas a las condiciones locales y la mejora en las técnicas de cultivo también contribuyeron a su producción sostenida en el país. A partir del siglo XX, la producción de cebada se diversificó y mejoró con la creación de programas de investigación agrícola, que impulsaron variedades más resistentes a enfermedades y con mejores rendimientos.

Hoy en día, la cebada sigue siendo un cultivo fundamental, sobre todo para el sector cervecero, que ha crecido enormemente en México, posicionándose como uno de los principales exportadores de cerveza a nivel mundial. Este crecimiento ha hecho que la demanda de cebada continúe fuerte, y muchas regiones del centro del país mantienen su cultivo como parte esencial de su actividad agrícola.