En esta entrevista platiqué con Alfonso Castaños, quien actualmente es gerente de producto de componentes estratégicos (filtración, válvulas de control, medidores de agua) en Netafim México, que nos explica la importancia de la elección y el mantenimiento correcto de todos estos equipos.
Durante la entrevista Alfonso nos comenta cuáles son las claves para tener un buen sistema de filtración, comenzando por la correcta selección del sistema de filtración, la cual dependerá de muchos factores, pero principalmente de la calidad del agua de riego y el tipo de emisor a utilizar.
También nos comentó que el principal riesgo que se corre al no utilizar un sistema de filtración adecuado es el taponamiento de los componentes del sistema de riego aguas abajo o después del filtro, siendo uno de los mas graves el taponamiento de las regantes, porque se desuniformiza el riego.
En este sentido en Netafim cuentan con filtros Arkal de tecnología de discos, filtros Sandstorm de media filtrante de arena y filtros Screenguard de malla, además de hidrociclones separadores de arena. Y cada uno de estos tipos de filtros se recomienda en condiciones específicas.
Y por supuesto también hablamos de válvulas hidráulicas de control, cuyos principales parámetros de elección son la presión y el caudal que vamos a tener en nuestro sistema de riego, que es lo que nos permitirá determinar el diámetro y los materiales de construcción adecuados para las válvulas.
¿Cuáles son los elementos indispensables de un sistema de riego?
Los elementos indispensables de un sistema de riego son variados y cada uno cumple una función específica para asegurar la eficiencia y efectividad del riego en los cultivos.
Primero, la fuente de agua es esencial. Puede ser un pozo, un río, un embalse o un sistema de recolección de agua de lluvia. La calidad y disponibilidad del agua son cruciales para el buen funcionamiento del sistema de riego.
El sistema de bombeo es otro componente vital. Las bombas aseguran que el agua sea transportada desde la fuente hasta los campos de cultivo. La elección de la bomba depende de la distancia, la elevación y el caudal necesario. Las bombas pueden ser eléctricas, de combustible o incluso solares.
Las tuberías son fundamentales para transportar el agua. Se utilizan distintos tipos de tuberías, como PVC, polietileno o metal, dependiendo de las necesidades del sistema y las condiciones del terreno. Las tuberías principales y secundarias distribuyen el agua a lo largo del campo.
Los filtros son necesarios para mantener el sistema libre de obstrucciones. Filtran partículas sólidas y sedimentos del agua, protegiendo las tuberías y emisores. Existen filtros de arena, de malla y de disco, cada uno adecuado para diferentes tipos de impurezas.
Los emisores son los dispositivos que entregan el agua directamente a las plantas. Pueden ser aspersores, goteros o microaspersores. La elección del emisor depende del tipo de cultivo, el suelo y el clima. Los goteros son ideales para riego localizado, mientras que los aspersores cubren áreas más amplias.
El sistema de control es clave para gestionar el riego. Los controladores automáticos permiten programar horarios y duraciones de riego, optimizando el uso del agua. Los sensores de humedad del suelo pueden integrarse para ajustar el riego según las necesidades reales de los cultivos.
Las válvulas regulan el flujo de agua en el sistema. Pueden ser manuales o automáticas. Las válvulas automáticas se controlan mediante el sistema de control y permiten una gestión precisa del riego en diferentes zonas del campo.
Los medidores de flujo y presión son importantes para monitorear y asegurar que el agua se distribuya correctamente. Ayudan a detectar cualquier irregularidad en el sistema, como fugas o bloqueos, y permiten ajustar la presión y el caudal para una eficiencia óptima.
La infraestructura de drenaje es también indispensable. Un buen sistema de drenaje evita el encharcamiento y la acumulación excesiva de agua, que pueden dañar los cultivos. Los drenajes subterráneos y los canales de escorrentía son comunes en los sistemas de riego.
La correcta instalación y mantenimiento del sistema de riego son cruciales para su eficiencia y longevidad. Inspecciones regulares y mantenimiento preventivo aseguran que todos los componentes funcionen correctamente y que el sistema proporcione un riego uniforme y efectivo.
El diseño del sistema de riego debe considerar la topografía del terreno, el tipo de suelo y las necesidades específicas de los cultivos. Un diseño adecuado maximiza la eficiencia del uso del agua y mejora el rendimiento de los cultivos.
Estos son los elementos indispensables que constituyen un sistema de riego eficaz y eficiente. Cada componente juega un papel crucial en asegurar que el agua se distribuya de manera adecuada y se utilice de la mejor manera posible para apoyar el crecimiento y la salud de los cultivos.