Los suelos son un recurso indispensable para la producción agrícola y en esta entrevista el Dr. Oscar Fernández, de la Universidad Autónoma Chapingo, nos habla sobre la importancia que tienen los suelos agrícolas para el desarrollo de la agricultura a nivel nacional.
Durante la entrevista profundizamos en las principales causas por las que este recurso se pierde, entre las que destaca por supuesto la erosión, una problemática que en diversas regiones se está agravando, por lo que también se mencionan las prácticas a implementar para evitarlo.
Sin embargo, una cosa es evitar que se pierda el suelo y otra es intentar recuperarlo una vez que se ha perdido, por lo que el Dr. Oscar también nos habla sobre las prácticas que se tiene que implementar si lo que se busca es recuperar un suelo previamente perdido.
Y por supuesto, no podía faltar el tema de los microorganismos del suelo, un tema que siempre es interesante, pues mantener el equilibrio microbiológico es esencial para tener suelos sanos, en especial cuando se realizan enmiendas al suelo.
Por último, pero no por ello menos importante, el Dr. Oscar nos habló sobre el impacto que el exceso de productos agroquímicos puede llegar a tener en los suelos agrícolas, en especial sobre los microorganismos benéficos, que se pueden ver bastante afectados.
¿Cuáles son los mejores suelos del mundo para realizar agricultura?
Los mejores suelos del mundo para realizar agricultura se distinguen por su alta fertilidad, buena estructura y capacidad para retener nutrientes y agua. Cada tipo de suelo tiene características únicas que lo hacen especialmente adecuado para determinados cultivos.
El suelo chernozem, encontrado en las estepas de Ucrania, Rusia y partes de Estados Unidos y Canadá, es considerado uno de los mejores suelos agrícolas del mundo. Este suelo negro es rico en materia orgánica y nutrientes, lo que lo hace ideal para cultivos de cereales como el trigo y el maíz. Su capacidad para retener humedad también es excelente, lo que ayuda a los cultivos a resistir períodos de sequía.
El suelo andosol se encuentra en áreas volcánicas como Japón, Indonesia y América Central. Estos suelos son muy fértiles debido a su alta concentración de minerales volcánicos y materia orgánica. Son excelentes para el cultivo de hortalizas, frutas y té. Su estructura suelta y porosa permite un buen drenaje y aireación, favoreciendo el crecimiento de las raíces.
El suelo alfisol, presente en regiones como el Midwest de Estados Unidos, partes de India y África Occidental, es otro tipo de suelo agrícola de alta calidad. Tiene una capa superior rica en nutrientes y una capacidad adecuada para retener agua. Los alfisoles son ideales para cultivos como el algodón, el maíz y la soja. Su fertilidad puede mantenerse con prácticas agrícolas sostenibles y el uso de fertilizantes adecuados.
El suelo mollisol, común en las grandes praderas de América del Norte y América del Sur, es altamente fértil debido a su alto contenido de materia orgánica. Estos suelos son perfectos para el cultivo de granos y pastos. Su estructura granular facilita el laboreo y la retención de nutrientes, lo que los convierte en una opción preferida para la agricultura extensiva.
El suelo vertisol, encontrado en regiones tropicales y subtropicales de Australia, India y Sudán, es característico por su alto contenido de arcilla. Estos suelos son muy fértiles y adecuados para cultivos como el arroz, la caña de azúcar y las legumbres. Sin embargo, su manejo puede ser desafiante debido a su tendencia a expandirse y contraerse con los cambios de humedad, lo que puede dificultar las operaciones agrícolas.
El suelo histosol, también conocido como turba, se encuentra en regiones frías y húmedas como Canadá, Finlandia e Irlanda. Estos suelos están compuestos principalmente de materia orgánica parcialmente descompuesta y son extremadamente fértiles. Son ideales para el cultivo de hortalizas, flores y ciertas frutas. Sin embargo, requieren un manejo cuidadoso del drenaje para evitar la saturación de agua.
Los suelos de aluvión, presentes en los valles de los grandes ríos como el Nilo en Egipto, el Ganges en India y el Yangtsé en China, son también muy fértiles. Estos suelos se forman a partir de sedimentos depositados por ríos y son ricos en nutrientes. Son ideales para el cultivo de arroz, trigo y otras hortalizas. La disponibilidad de agua de los ríos para el riego complementa la fertilidad natural de estos suelos.
Cada uno de estos suelos tiene propiedades únicas que los hacen especialmente adecuados para la agricultura. Su manejo adecuado y la implementación de prácticas sostenibles son esenciales para mantener su fertilidad y productividad a largo plazo.
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