En esta entrevista platiqué con Christian Arenas, quien actualmente es gerente comercial y de operaciones en NXTAgro, una empresa que permite monitorear las condiciones del campo desde cualquier lugar, para lo cual utiliza sensores que permiten automatizar la toma y el procesamiento de los datos.
Christian es ingeniero en telecomunicaciones, por lo que su camino para llegar a desarrollar tecnología para la agricultura es bastante interesante; además, por su formación nos puede dar una opinión distinta sobre porqué es importante integrar nuevas tecnologías a la agricultura.
Durante esta plática Christian nos comenta cuáles nuevas tecnologías están llegando a la agricultura, que posiblemente van a representar un antes y un después en la producción de alimentos, y por supuesto, también hablamos sobre el nivel de detalle al que se puede obtener información.
También hablamos sobre NXTAgro, una empresa cuyo objetivo es integrar tecnología IoT con prácticas agronómicas para incrementar el nivel de producción. El producto principal de la empresa es una plataforma de toma de datos que se instala en campo, llamada Agribot.
Gracias a los sensores de dicha plataforma se recopilan datos que se envían a la empresa, la cual procesa los datos para ofrecer a los agricultores e ingenieros la información relevante que necesitan para tomar las decisiones correctas respecto al manejo del cultivo.
¿Los sensores ayudan a incrementar los rendimientos agrícolas?
Los sensores tienen un impacto significativo en el incremento de los rendimientos agrícolas.
Primero, los sensores de suelo son cruciales. Miden la humedad, la temperatura y la salinidad del suelo. Estos datos permiten ajustar el riego de manera precisa, evitando tanto el exceso como la falta de agua. Un riego adecuado optimiza el crecimiento de los cultivos y mejora su rendimiento.
Los sensores climáticos también son esenciales. Monitorean variables como la temperatura, la humedad del aire y la velocidad del viento. Con esta información, puedes prever eventos climáticos adversos y tomar medidas preventivas. Por ejemplo, puedes proteger los cultivos de heladas o vientos fuertes.
Los sensores de nutrientes del suelo proporcionan datos sobre la disponibilidad de elementos esenciales como nitrógeno, fósforo y potasio. Esto permite aplicar fertilizantes de manera más eficiente. La fertilización precisa no solo mejora el crecimiento de las plantas, sino que también reduce el impacto ambiental y los costos.
Los drones equipados con sensores multiespectrales y térmicos son otra herramienta valiosa. Vuelan sobre los campos y capturan imágenes detalladas de los cultivos. Estas imágenes revelan información sobre el estado de salud de las plantas, detectando problemas como enfermedades, plagas y deficiencias nutricionales antes de que sean visibles a simple vista.
Los sensores de flujo y presión en los sistemas de riego ayudan a garantizar que el agua se distribuya uniformemente. Detectan cualquier irregularidad en la distribución, permitiendo realizar ajustes inmediatos. Esto asegura que todas las plantas reciban la cantidad de agua adecuada.
Los sensores en los equipos de cosecha pueden medir el rendimiento de los cultivos en tiempo real. Proporcionan datos precisos sobre la cantidad y calidad de la cosecha. Esto ayuda a optimizar las operaciones de cosecha y a planificar mejor las futuras siembras.
Los sensores de luz son importantes en los invernaderos. Regulan la cantidad de luz que reciben las plantas, asegurando condiciones óptimas para la fotosíntesis. La luz adecuada mejora el crecimiento y la productividad de los cultivos en ambientes controlados.
El uso de sensores también facilita la implementación de la agricultura de precisión. Permiten mapear los campos con alta precisión, identificando zonas con diferentes necesidades. Esto posibilita la aplicación variable de insumos, optimizando el uso de recursos y mejorando los rendimientos de manera uniforme en todo el campo.
Además, los sensores conectados a sistemas de gestión de datos permiten tomar decisiones basadas en información precisa y actualizada. La integración de estos datos en plataformas de gestión agrícola facilita el análisis y la planificación estratégica.
La automatización y el monitoreo continuo que permiten los sensores reducen la necesidad de intervención manual. Esto no solo aumenta la eficiencia operativa, sino que también libera tiempo para que los agricultores se enfoquen en otras tareas críticas.
Por lo tanto, los sensores son herramientas fundamentales en la agricultura moderna. Su capacidad para proporcionar datos precisos y en tiempo real permite una gestión más eficiente y precisa de los cultivos, lo que se traduce en incrementos significativos en los rendimientos agrícolas.