La trazabilidad de productos agrícolas está siendo cada vez más importante, porque los clientes, especialmente en los países desarrollados, comienzan a exigir cada vez más información sobre los productos que consumen, por lo que en algún momento será necesario implementar un sistema de trazabilidad global.
Sin embargo, para que los productos agrícolas se puedan rastrear hasta su origen se requiere de un sistema de que debe de cumplir con ciertos requisitos, siendo los principales el que sea adoptado masivamente para que se convierta en un estándar, además de que debe soportar gran cantidad de información.
Una tecnología que podría ser implementada en un futuro no muy lejano es la blockchain o cadena de bloques, que quizá ya hayas escuchado nombrar porque constituye la base de las criptomonedas, y podría ser la solución porque es segura, descentralizada e inviolable, aunque tiene ciertas desventajas.
Como principales están el hecho de que los procesos de escritura de bloques consumen mucha energía, además por supuesto de que se requieren de especialistas tecnológicos en le tema para su implementación en la agricultura, y no hay que olvidar la limitante de que quizá no todos quieran llegar a este nivel de transparencia.
¿Se puede garantizar la trazabilidad total de los productos agrícolas?
La trazabilidad total de los productos agrícolas es un objetivo ambicioso pero alcanzable con las herramientas y prácticas adecuadas. La trazabilidad implica seguir el rastro de un producto desde su origen hasta el consumidor final. Esto requiere un sistema integrado que capture y registre datos en cada etapa de la cadena de suministro.
Primero, necesitas implementar un sistema de identificación único para cada lote de producto. Esto puede hacerse a través de códigos de barras, etiquetas RFID o sistemas de identificación digital. Estos identificadores deben ser asignados en la etapa de producción, registrando detalles como la ubicación del cultivo, el tipo de semilla, y las prácticas de manejo utilizadas.
Luego, cada movimiento del producto debe ser registrado. Desde la cosecha, pasando por el procesamiento, almacenamiento, transporte y hasta la distribución final. Utilizar un software de gestión agrícola que permita la entrada y seguimiento de datos en tiempo real es esencial. Este software debe ser accesible para todos los actores involucrados, asegurando una actualización constante de la información.
La colaboración y transparencia entre todos los actores de la cadena de suministro son cruciales. Los agricultores, procesadores, transportistas y distribuidores deben estar comprometidos con la entrada precisa de datos en el sistema. Esto incluye detalles sobre prácticas agrícolas, condiciones de almacenamiento, rutas de transporte y tiempos de entrega.
Las tecnologías emergentes como blockchain ofrecen una solución prometedora para la trazabilidad total. Blockchain proporciona un registro inmutable y descentralizado de todas las transacciones. Cada eslabón de la cadena puede verificar y validar la información, eliminando el riesgo de manipulación de datos. Esto aumenta la confianza y transparencia en la cadena de suministro.
La integración de sensores y dispositivos IoT (Internet de las Cosas) también mejora la trazabilidad. Sensores en los campos pueden monitorear condiciones ambientales y prácticas agrícolas. Dispositivos en almacenes y vehículos de transporte pueden registrar temperaturas, humedad y condiciones de almacenamiento. Todos estos datos se integran en el sistema de trazabilidad, proporcionando una visión completa y detallada del recorrido del producto.
Sin embargo, la trazabilidad total también enfrenta desafíos. La estandarización de sistemas y prácticas entre diferentes actores es compleja. La inversión inicial en tecnología y capacitación puede ser significativa. Además, la recolección y gestión de grandes volúmenes de datos requiere infraestructura adecuada y personal capacitado.
Implementar la trazabilidad total no solo mejora la seguridad y calidad de los productos agrícolas, sino que también agrega valor. Los consumidores pueden tomar decisiones informadas, confiando en la procedencia y manejo de los productos que adquieren. Esto fortalece la relación entre productores y consumidores, y fomenta prácticas agrícolas más sostenibles y responsables.