En este episodio te comparto algunas recomendaciones para convertirte en un buen asesor agrícola (en cualquier cultivo), las cuales derivan de mi experiencia de casi 9 años asesorando agricultores de berries, tiempo durante el cual he implementado muchos cambios, algunos han funcionado y otros no.
Mi primera recomendación es establecer una periodicidad para las visitas de campo y tratar de respetarla lo más posible, porque cuando el agricultor sabe en qué momento llegarás al campo será más sencillo que te guarde ese espacio, de forma tal que ambos den la vuelta al rancho y la comunicación fluya.
Otra recomendación es invitar al agricultor a abrir las puertas de su rancho a otros asesores, como los que representan a empresas y están interesados en vender productos y/o servicios, de forma tal que sean más los ojos que vean el cultivo, para que de esta manera no se escape ningún detalle importante.
Y una tercera recomendación es dejar constancia de todo lo que se recomiende, ya sea en un libreta, en hojas impresas o a través de medios digitales, para así evitar malentendidos, lo cual es más común de lo que crees; de esta manera siempre queda evidencia de lo que hay que hacer y los errores se minimizan.
¿Existe un método para asesorar correctamente a un agricultor?
Para asesorar correctamente a un agricultor, necesitas un enfoque estructurado y personalizado. La primera etapa es conocer a fondo la situación del agricultor. Esto incluye entender su tipo de cultivo, las características de su suelo, el clima de su región y las prácticas agrícolas que ya está implementando. Realizar una visita al campo y tener una conversación detallada te ayudará a recopilar esta información.
El siguiente paso es el diagnóstico. Aquí, evalúas los datos recopilados para identificar problemas específicos. Pueden ser deficiencias en nutrientes, plagas, enfermedades, o problemas con el riego y drenaje. Utiliza herramientas como análisis de suelo, imágenes satelitales y registros históricos de producción para hacer un diagnóstico preciso.
Luego, diseña un plan de acción personalizado. Este plan debe incluir recomendaciones específicas sobre fertilización, control de plagas y enfermedades, manejo del riego y prácticas de cultivo. Asegúrate de que las recomendaciones sean prácticas y adecuadas a los recursos del agricultor. Proveer una explicación clara y detallada de por qué cada recomendación es importante ayudará a asegurar su implementación.
La implementación es crucial. Acompaña al agricultor en la ejecución del plan, ofreciendo apoyo continuo y ajustando las recomendaciones según sea necesario. Las visitas periódicas al campo permiten evaluar el progreso y hacer correcciones a tiempo. Utiliza herramientas de seguimiento como registros de campo y aplicaciones móviles para mantener un control detallado de las acciones realizadas y sus resultados.
La capacitación también es fundamental. Proporciona formación continua sobre nuevas tecnologías, prácticas agrícolas sostenibles y técnicas de manejo. Esto empodera al agricultor y lo prepara para enfrentar futuros desafíos. Organiza talleres, demostraciones en campo y proporciona materiales educativos que sean accesibles y relevantes.
Finalmente, fomenta una comunicación abierta y constante. Mantén una línea directa de comunicación para que el agricultor pueda consultar dudas y reportar problemas de manera oportuna. Utiliza canales como WhatsApp, llamadas telefónicas y correos electrónicos para mantener el contacto.
La combinación de conocimiento técnico, herramientas de diagnóstico precisas, un plan de acción personalizado, apoyo continuo y capacitación asegura un asesoramiento eficaz. Cada agricultor es único, y tu capacidad de adaptar tu enfoque a sus necesidades específicas es clave para su éxito.