Episodio 348 de Podcast Agricultura

Episodio 348: Medición de huella de carbono y sus beneficios para la agricultura con Javier García

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En este episodio platiqué con Javier García, profesor del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara y actual Director de la División de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, quien nos habla sobre la importancia de la medición de la huella de carbono para la agricultura.

Evaluando las emisiones de los métodos de gestión del suelo, los equipos agrícolas, las prácticas ganaderas, el uso del agua y la contaminación lumínica producida por los sistemas de iluminación de los campos, podemos obtener una imagen completa de cómo contribuyen al cambio climático las explotaciones agrícolas de distintas regiones.

¿Cómo se puede medir la huella de carbono de la agricultura?

Medir la huella de carbono en la agricultura implica evaluar todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) generadas directa e indirectamente por las actividades agrícolas. Para realizar esta medición de forma precisa, se utilizan diversas metodologías y herramientas específicas, cada una adecuada a diferentes tipos de cultivos y sistemas de producción. Aquí se detallan los pasos y consideraciones principales:

  • Inventario de emisiones directas: Incluye las emisiones derivadas del uso de maquinaria agrícola que funciona a base de combustibles fósiles, así como las emisiones de metano (CH4) de la digestión entérica en ganado y de óxido nitroso (N2O) de suelos agrícolas, especialmente por el uso de fertilizantes nitrogenados.
  • Emisiones indirectas: Se refiere a las emisiones asociadas a la producción de insumos agrícolas como fertilizantes y pesticidas, transporte de productos y materiales, y el procesamiento de productos agrícolas fuera de la granja.
  • Uso de herramientas de cálculo: Existen herramientas y software diseñados para calcular la huella de carbono en la agricultura, como la calculadora de huella de carbono del GHG Protocol o herramientas específicas desarrolladas por entidades agrícolas y ambientales. Estas herramientas suelen requerir datos detallados sobre las prácticas agrícolas, tipos de cultivo, y uso de recursos.
  • Análisis del ciclo de vida (ACV): Este enfoque considera todas las etapas de la vida del producto agrícola, desde la producción de insumos hasta el manejo post-cosecha, transporte, almacenamiento y, finalmente, el consumo. El ACV ayuda a identificar dónde se generan las mayores emisiones y dónde se pueden hacer mejoras para reducir la huella de carbono.
  • Consideración de sumideros de carbono: La agricultura no solo emite GEI, sino que también puede actuar como un sumidero de carbono, especialmente a través de prácticas como la agroforestería, el manejo sostenible de pastizales y la restauración de tierras degradadas. Estimar el carbono secuestrado es esencial para obtener una medida neta de la huella de carbono.
  • Normativas y estándares internacionales: Adherirse a estándares internacionales como los establecidos por la Organización Internacional de Normalización (ISO) y el Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) garantiza que la medición de la huella de carbono sea consistente, comparable y creíble a nivel internacional.

Aplicar estos pasos permite a los agricultores y a la industria agroalimentaria no solo entender el impacto ambiental de sus actividades, sino también tomar medidas informadas para su mitigación, lo que es esencial en el contexto de la sostenibilidad ambiental y el cambio climático.

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