En el Valle del Pájaro, California, el agua de riego tiene un costo considerable, al menos en comparación con el resto del país, donde este recurso es gratuito. La implementación del cobro no fue fácilmente aceptada por los agricultores, pero a lo largo de décadas ha probado que fue la solución correcta.
A 40 años de su implementación, el cobro del agua de riego ha permitido disminuir la extracción de agua subterránea, debido a que la eficiencia de su utilización ha aumentado significativamente. Por supuesto, cabe mencionar que esta fue la respuesta a una necesidad innegable.
¿En México se cobra por el agua de riego que se utiliza?
En México, el agua de riego para la agricultura está sujeta a regulaciones y tarifas establecidas por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). Esta institución es responsable de administrar y proteger los recursos hídricos del país, incluyendo la asignación y distribución del agua para diferentes usos, como el agrícola. Los usuarios de agua para riego, sean estos particulares o unidades de riego organizadas, deben obtener concesiones o asignaciones que les autorizan a extraer o desviar agua de fuentes nacionales.
La tarifa por el uso del agua de riego varía según la región, el tipo de fuente de agua (superficial o subterránea), y el volumen consumido. Estas tarifas están diseñadas no solo para cubrir los costos de operación, mantenimiento y mejoramiento de la infraestructura hídrica, sino también para promover el uso eficiente del agua y la sustentabilidad de los recursos hídricos.
Los usuarios deben instalar y mantener dispositivos de medición para controlar el volumen de agua extraído, y reportar regularmente su consumo a la CONAGUA. El incumplimiento de estas disposiciones puede resultar en sanciones, multas, e incluso la revocación de la concesión o asignación.
Es relevante mencionar que existen programas de apoyo y subsidios para ciertos sectores o regiones, buscando equilibrar el acceso al agua para riego y fomentar prácticas agrícolas más sustentables. La gestión integrada de los recursos hídricos, incluyendo la tarificación del agua de riego, es un componente clave en la estrategia de México para enfrentar los retos de la escasez de agua y garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo.