Episodio 516 de Podcast Agricultura

Episodio 516: ¿Quién decide qué hacer con la información agrícola que se genera todos los días?

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El agro digitaliza cada vez más información, desde suelos hasta rendimientos, pero solo una pequeña parte del sector usa tecnologías avanzadas. Esta revolución, impulsada por sensores, drones y apps, ofrece enormes beneficios, pero plantea una pregunta clave: ¿quién es dueño de los datos generados en el campo?

En América Latina, no hay leyes claras al respecto, lo que deja a los agricultores en desventaja. La acumulación de datos puede volverse acumulación de poder. Para que el ecosistema digital sea justo, se necesita confianza basada en reglas claras, ética y regulación estatal que garantice soberanía y transparencia en el uso de la información agrícola.

Los datos como nuevo recurso estratégico del agro. 📊

Hoy, casi todo se puede medir en el campo: clima, riego, suelos, plagas y más.

Esto no es futuro, es presente. Cada día, se generan miles de datos agrícolas.

Sensores, drones y plataformas digitales están detrás de toda esta revolución.

Pero hay algo que pocos se atreven a preguntar: ¿de quién son esos datos?

En muchos países, la respuesta es confusa. La ley no lo deja claro.

¿Son del agricultor, de la empresa que los recoge o de quien analiza?

Y si esos datos son tan valiosos… ¿quién debería decidir qué se hace con ellos?

Pongamos un ejemplo: una lista de agricultores de cierto cultivo 🌽.

Eso vale oro para cualquier empresa que quiera venderles algo.

Entonces, esos datos no son solo registros: son poder en bruto.

Porque quien tiene los datos, toma mejores decisiones y gana ventajas.

Ahora, ¿y si esos datos estuvieran en servidores de otro país?

¿Quién los protege si algo sale mal? ¿Qué leyes aplican? 😟

Incluso si hay buena fe, los datos pueden ser robados o mal usados.

Y muchas empresas no publican claramente qué hacen con la información.

El agricultor debería poder ver, usar o llevarse sus datos cuando quiera.

Las empresas también pueden usar los datos… pero con límites claros.

Para eso se necesita confianza. Y la confianza viene con reglas.

Reglas justas, transparentes y éticas. No promesas sueltas.

El Estado debe intervenir. Así como regula pesticidas, debe regular datos.

Porque los datos no son ruido digital. Son un recurso tan vital como el agua 💧.

Y en este momento, tenemos la oportunidad de decidir cómo los vamos a cuidar.

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