En este episodio entrevisto a Cuauhtémoc Vázquez, director general de la Sociedad Mexicana de Especialistas en Agricultura Protegida S. C., con quien platiqué sobre diversos temas, entre ellos agricultura protegida, agronegocios y competencias necesarias por los agrónomos en campo.
A lo largo de su carrera Cuauhtémoc ha trabajado en diversas dependencias agrícolas, tanto nacionales como internacionales: ha sido coordinador de proyecto de la FAO, formador técnico en SAGARPA y consultor en agricultura familiar y seguridad alimentaria en el INIFAP.
Gracias a la experiencia que ha adquirido en la gestión de personas en todas esas organizaciones, nos brinda un punto de vista interesante sobre lo que hace falta a los profesionistas agrícolas nacionales, para generar mayores cambios en campo.
Además, hablamos sobre la SMEAP, organización que actualmente lidera operativamente, y que tiene como objetivo aglutinar a los profesionistas y las empresas dedicadas a la agricultura protegida a nivel nacional, de forma tal que surjan sinergias.
¿Cuáles son las responsabilidades de un coordinador de proyectos agrícolas?
El coordinador de proyectos agrícolas tiene un rol fundamental en la planificación, ejecución y supervisión de las actividades relacionadas con la producción y el manejo de cultivos. Es el puente entre la administración del proyecto y el personal operativo en el campo, asegurando que todos los procesos se lleven a cabo de manera eficiente y cumplan con los objetivos establecidos. Sus responsabilidades abarcan distintas áreas, desde la gestión de recursos hasta el seguimiento de indicadores de producción.
Una de las principales responsabilidades del coordinador es planificar y organizar el desarrollo del proyecto agrícola. Esto implica diseñar un cronograma detallado de actividades, desde la preparación del terreno y la siembra, hasta la cosecha y comercialización. Debe asegurarse de que se cumplan las fechas clave y de que todos los recursos necesarios (insumos, maquinaria, mano de obra) estén disponibles en el momento adecuado. Además, debe ajustar los planes si surgen imprevistos, como cambios climáticos o problemas con la disponibilidad de materiales.
La supervisión y seguimiento de las labores diarias en el campo es otra función crítica. El coordinador debe supervisar que el personal agrícola realice sus tareas conforme a las técnicas recomendadas, manteniendo los estándares de calidad y seguridad. También debe estar al tanto de las prácticas de manejo agronómico, como el riego, la fertilización y el control de plagas y enfermedades, para asegurar que se apliquen de forma correcta y oportuna. Es su responsabilidad detectar problemas y proponer soluciones rápidas para evitar retrasos o pérdidas en la producción.
La administración de los recursos financieros y materiales del proyecto también recae sobre el coordinador. Esto implica elaborar presupuestos, controlar gastos y gestionar eficientemente los insumos agrícolas (fertilizantes, semillas, agroquímicos). Debe buscar proveedores, negociar precios y garantizar la adquisición de productos de calidad al mejor costo posible. La capacidad para manejar los recursos de manera óptima es clave para asegurar la rentabilidad del proyecto y su viabilidad a largo plazo.
Otra responsabilidad fundamental es la gestión del equipo de trabajo. El coordinador debe seleccionar, entrenar y supervisar al personal agrícola, asegurando que todos conozcan sus responsabilidades y cuenten con las habilidades necesarias para desempeñarlas. La comunicación efectiva es esencial para mantener la motivación del equipo y asegurar que todos trabajen hacia un objetivo común. Esto implica también coordinar la logística, como horarios de trabajo, transportes y asignación de tareas diarias.
El coordinador también es responsable de monitorear el avance del proyecto y evaluar su desempeño. Esto incluye el uso de indicadores clave (rendimiento de cultivos, costos de producción, tiempos de ejecución) para medir si se están cumpliendo los objetivos. Debe preparar informes periódicos sobre el estado del proyecto, que pueden ser utilizados por la gerencia para tomar decisiones estratégicas o por los inversionistas para evaluar la marcha del negocio. La capacidad para analizar datos y proponer mejoras en los procesos es clave para optimizar la operación agrícola.
Además, el coordinador debe estar al tanto de la normatividad y regulaciones relacionadas con el proyecto, como las leyes laborales, ambientales y de inocuidad alimentaria. Es su responsabilidad asegurar que el proyecto cumpla con todas las normas legales vigentes, evitando sanciones y problemas legales que puedan afectar la operación.
Finalmente, el coordinador de proyectos agrícolas debe ser capaz de anticiparse a posibles riesgos y planificar estrategias de mitigación. Esto puede incluir la prevención de enfermedades en cultivos, la adaptación de prácticas agrícolas ante condiciones climáticas adversas o la diversificación de mercados de venta. Su visión a futuro y capacidad para identificar oportunidades de mejora son clave para el éxito del proyecto.
Todas las entrevistas a Cuauhtémoc Vazquez: