California se encuentra en una situación complicada de escasez de agua, por lo que se está desarrollando un plan para dar incentivos a los agricultores, a cambio de que dejen de cultivar sus tierras, lo que tiene como objetivo utilizar menos agua y que los cuerpos de agua se recarguen.
Esto podría significar una oportunidad inmejorable para los agroexportadores de México y el resto del continente, pues California es el principal estado productor de frutas y hortalizas frescas de Estados Unidos, por lo que si sus volúmenes de producción caen, habrá que compensarlos.
Por supuesto, al tener menor producción interna las importaciones aumentarán, pues al final de cuentas los consumidores quieren seguir teniendo disponibilidad de sus productos favoritos, por lo que en caso de aprobarse dicho plan, seguramente habrá un cambio importante en el panorama agrícola en 2022.
Y es que, lamentablemente, después del trimestre de fin de año más lluvioso en California (octubre a diciembre de 2021), durante el primer trimestre de 2021 las precipitaciones fueron tan pocas que es el período más seco en los últimos 100 años, así que imagina el tamaño del problema.
¿Dónde se ha pagado a los agricultores para que no produzcan?
En varios países se han implementado programas para pagar a los agricultores por no producir cultivos. Uno de los ejemplos más conocidos es el de los Estados Unidos. El gobierno ha utilizado programas de conservación de tierras desde hace décadas. Uno de los más destacados es el Conservation Reserve Program (CRP), administrado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés). Bajo este programa se paga a los agricultores para que retiren tierras altamente erosionables de la producción agrícola y las dediquen a fines de conservación.
El CRP tiene varios objetivos. Busca reducir la erosión del suelo, mejorar la calidad del agua y aumentar el hábitat de vida silvestre. Los agricultores que participan en el programa siembran plantas que mejoran la salud del suelo y el hábitat, en lugar de cultivar cultivos comerciales. Este tipo de programas han sido fundamentales para promover prácticas agrícolas sostenibles.
En la Unión Europea existen políticas similares bajo la Política Agrícola Común (PAC). Los pagos por la reducción de la producción se hacen para evitar excedentes y estabilizar los mercados agrícolas. Uno de los mecanismos utilizados es el set-aside, que exige a los agricultores dejar en barbecho una parte de sus tierras. Aunque el set-aside obligatorio se eliminó en 2008, todavía existen medidas agroambientales que incentivan la retirada de tierras de cultivo en favor de la conservación.
En Australia se han implementado programas similares. Los agricultores reciben pagos para conservar y mejorar áreas de alto valor ecológico en sus propiedades. Esto es parte de los esfuerzos para proteger la biodiversidad y gestionar de manera sostenible los recursos naturales. Los programas australianos, como el Environmental Stewardship Program, promueven la protección de especies amenazadas y la gestión sostenible del paisaje.
Estos programas, aunque varían en su implementación y objetivos específicos, comparten una filosofía común: promover la sostenibilidad agrícola a través de incentivos económicos. Pagar a los agricultores para no producir puede parecer contradictorio, pero en realidad, es una estrategia para equilibrar la producción agrícola con la conservación del medio ambiente y la gestión sostenible de los recursos.