Nuevamente platiqué con Cuauhtémoc Vázquez, director general de la Sociedad Mexicana de Especialistas en Agricultura Protegida (SMEAP) y colaborador de Anónimo Café, aunque en esta ocasión nos enfocamos en hablar de una de sus grandes pasiones, que es el café, sobre el cual aprendí mucho platicando con Cuauhtémoc.
El café es la bebida más consumida en el mundo, después del agua. Se calcula que a nivel mundial se consumen a diario 2,250 millones de tazas de café. En México el café se produce en 14 estados, donde Chiapas, Veracruz, Puebla y Oaxaca concentran el 90% de la producción y aportan grandes variedades de café.
Durante la conversación platicamos desde el origen del café y las variedades que se utilizan para su producción, hasta su proceso de producción y las diversas formas de preparación que existen, por lo que sin duda esta es una plática bastante completa sobre el tema.
Como curiosidad, según un estudio que se realizó en Estados Unidos, los profesionales que más café consumen son los que trabajan en los sectores de investigación científica, marketing y relaciones públicas, y el 54% de los estadounidenses beben café todos los días de su vida.
¿En qué parte de la historia se empezó a consumir masivamente el café?
El consumo masivo de café comenzó en el siglo XVII, coincidiendo con la expansión de los cafés en Europa. Aunque el café fue descubierto y utilizado mucho antes en África y la península arábiga, su popularidad global despegó después de que los primeros cafés, conocidos como “coffee houses”, se establecieran en ciudades como La Meca y Estambul en el siglo XVI. Estos lugares se convirtieron en centros sociales y de intercambio de información.
En Europa, el primer café conocido se abrió en Venecia en 1645, debido al comercio entre venecianos y los pueblos del norte de África y Medio Oriente. Sin embargo, fue en Inglaterra donde el fenómeno del café tomó una dimensión masiva. El primer café londinense se estableció en 1652, y para 1700, Londres contaba con más de 300 cafés. Estos establecimientos no solo servían café, sino que funcionaban como importantes centros de intercambio intelectual y comercial.
La popularidad del café en Europa estimuló el establecimiento de plantaciones coloniales en regiones tropicales de América y Asia, aumentando la disponibilidad y reduciendo el costo del café, lo que contribuyó aún más a su consumo masivo. Durante el siglo XVIII, el café se consolidó como una bebida fundamental en el día a día europeo y posteriormente en América, donde se adaptó rápidamente a los hábitos y culturas locales.