
Una región agrícola monocultivo es una zona dedicada a la producción de un solo cultivo, a menudo a gran escala. Este tipo de agricultura se ha utilizado durante mucho tiempo por ser ventajosa en términos de coste y facilidad de mantenimiento; sin embargo, también puede ser perjudicial tanto para la tierra como para las economías locales.
Los monocultivos son susceptibles de infestaciones de plagas y requieren numerosas aplicaciones de pesticidas que pueden filtrarse en el suelo y afectar las fuentes de agua; además, las comunidades se vuelven dependientes de los rendimientos de un solo cultivo, lo que las hace menos diversas y más expuestas a las fluctuaciones del mercado.
Las regiones agrícolas de monocultivo tienen mucho que ofrecer, pues al especializarse en un solo cultivo, los agricultores pueden maximizar la cantidad que producen al tiempo que reducen los costes de mano de obra y gastos como la compra de nueva maquinaria o productos químicos agrícolas.
Este enfoque puede reportar mayores beneficios a los agricultores, ya que no necesitan diversificar sus esfuerzos y las cosechas de su único cultivo suelen ser más constantes. La práctica también proporciona a los procesadores locales un flujo fiable de cosechas, lo que estabiliza los precios y mantiene una cadena de suministro eficiente en la región.
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