En 2020 el presidente de México emitió un decreto para prohibir de forma gradual el uso de glifosato en el país, además, claro, de prohibir la siembra de maíz transgénico. La fecha para la restricción total del glifosato se estableció como el 31 de enero de este año, y luego se postergó al 1 de abril.
Sin embargo, en un comunicado oficial el gobierno dijo que no se han cumplido las condiciones establecidas para la prohibición total del glifosato, por lo que se puede seguir utilizando, sin dar una nueva fecha para su prohibición, lo que indica que seguramente habrá glifosato para rato en el agro nacional.
¿Por qué el glifosato es un herbicida tan importante en el mundo?
El glifosato es un herbicida sistémico, no selectivo, que se destaca por su eficacia en el control de una amplia gama de malezas, incluyendo especies perennes, anuales, gramíneas y de hoja ancha.
Su mecanismo de acción se basa en la inhibición de la enzima EPSP sintasa, crucial en la síntesis de aminoácidos aromáticos esenciales para el crecimiento de las plantas, lo que impide que estas sinteticen proteínas necesarias para su desarrollo, conduciéndolas a la muerte.
La importancia del glifosato radica no solo en su amplio espectro de acción, sino también en su perfil de seguridad relativamente favorable, ya que se adhiere fuertemente al suelo y es descompuesto por microorganismos, lo que reduce el riesgo de lixiviación hacia fuentes de agua y minimiza impactos ambientales a largo plazo.
Su uso es particularmente significativo en cultivos transgénicos diseñados para resistir este herbicida, lo que permite un control de malezas sin afectar el cultivo, mejorando los rendimientos y reduciendo la necesidad de labranza, contribuyendo así a la conservación del suelo.
Además, su costo-efectividad y flexibilidad de aplicación, ya sea antes de la siembra, después de la emergencia de los cultivos en casos de cultivos transgénicos, o en manejo de áreas no agrícolas, hacen del glifosato una herramienta económica y versátil para productores y gestores de terrenos. Por estas razones, el glifosato se ha convertido en una herramienta indispensable en la gestión agrícola y de paisajes, desempeñando un papel fundamental en prácticas de agricultura conservacionista al mantener la productividad agrícola mientras se protegen los recursos naturales.