El profesor-investigador Aurelio Bastida, de la Universidad Autónoma Chapingo, responde tres preguntas básicas sobre el concepto de la agricultura y su diferencia con la agronomía, así como nos ayuda a entender si la agricultura se descubrió o se inventó, y cuáles han sido los elementos que nos ayudaron a desarrollarla.
¿Cuáles son las relaciones que existen entre agricultura y agronomía?
La agricultura y la agronomía están profundamente interrelacionadas, pero tienen enfoques distintos. La agricultura es la práctica de cultivar la tierra y criar animales para producir alimentos, fibras y otros productos. Es una actividad que se ha llevado a cabo durante milenios, evolucionando desde sistemas tradicionales hasta la agricultura moderna, donde se utilizan tecnologías avanzadas y métodos científicos.
La agronomía, por otro lado, es la ciencia que estudia los principios, técnicas y prácticas para mejorar la productividad agrícola. Se enfoca en entender cómo funcionan los cultivos, el suelo, el clima y el manejo de recursos con el fin de optimizar los sistemas agrícolas. Mientras que la agricultura se ocupa de la producción directa, la agronomía investiga y desarrolla los conocimientos necesarios para mejorar esa producción.
Una de las principales relaciones entre ambas es que la agronomía proporciona las bases científicas para que la agricultura sea más eficiente y sostenible. Por ejemplo, a través de estudios agronómicos, se han desarrollado nuevas variedades de semillas, mejores prácticas de manejo de suelos y estrategias de control de plagas que permiten obtener mejores rendimientos y reducir el impacto ambiental. En otras palabras, la agronomía guía a la agricultura hacia prácticas más tecnificadas y responsables.
Además, la agronomía ayuda a adaptar la agricultura a diferentes condiciones climáticas y geográficas. En regiones donde el suelo es menos fértil o donde las condiciones climáticas son difíciles, los agrónomos diseñan soluciones específicas que permiten mejorar la producción. Esto puede incluir la implementación de sistemas de riego eficiente, el uso de fertilizantes y la introducción de cultivos más resistentes a la sequía o a las enfermedades.
Otro vínculo importante es que la agronomía también se ocupa del manejo sostenible de los recursos naturales, como el suelo y el agua. La agricultura, al ser una actividad intensiva, puede generar problemas como la degradación del suelo o la sobreexplotación de fuentes de agua. Los agrónomos estudian cómo mitigar estos efectos a través de la conservación del suelo, la rotación de cultivos y la implementación de técnicas de agricultura de precisión, que permiten un uso más racional de los insumos.