Episodio 167 de Podcast Agricultura

Episodio 167: Introducción al riego de precisión con Héctor Cervantes

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Todos sabemos que el riego de precisión es un paso que debemos dar si queremos utilizar de manera más eficiente el agua en la agricultura, pero a pesar de todas sus ventajas en nuestro país todavía la gran mayoría de tierras agrícolas utilizan riego rodado, el cual es mucho menos eficiente.

De hecho me llama mucho la atención que los estados de México con más superficie de riego de precisión son los estados del norte, donde debido a las condiciones climatológicas deben aprovechar bien el agua disponible, mientras que en el sur, donde hay gran cantidad de agua, aun es mínima la superficie de riego de precisión.

En este episodio tuve la oportunidad de entrevistar a Héctor Cervantes, gerente de producto en Netafim México y responsable de la introducción de nuevas tecnologías de riego, con quien tuve una plática introductoria al riego de precisión en la que nos cuenta el punto de vista de Netafim sobre esta tecnología.

Comenzamos el episodio hablando sobre qué es el riego de precisión y por qué es importante para Netafim. También hablamos sobre cómo se originó en Israel, un país con pocos recursos disponibles donde el agua es uno de ellos, razón más que suficiente para ser lo más eficiente posible con su uso.

Héctor nos comentó las tecnologías que la empresa tiene para aprovechar de mejor manera el agua de riego, siendo la tecnología modular lo que más me llamó la atención, pues se pueden adaptar a cualquier necesidad por parte de los productores.

¿Cómo podemos hacer cada vez más preciso el riego?

Para hacer cada vez más preciso el riego, necesitamos integrar tecnología y conocimiento agronómico. La clave está en combinar herramientas que permitan medir y monitorizar las necesidades hídricas del cultivo con sistemas de aplicación que respondan a esas necesidades de manera eficiente. El primer paso es entender las particularidades del suelo, el clima y las características del cultivo. Cada factor influye en la cantidad y frecuencia de agua que se debe aplicar.

El uso de sensores de humedad del suelo es fundamental para obtener datos precisos en tiempo real. Estos sensores se colocan a diferentes profundidades para medir la cantidad de agua disponible en el perfil del suelo. Con esta información, podemos ajustar el riego para mantener el nivel óptimo de humedad, evitando el estrés hídrico o el exceso de agua. Los sensores también nos ayudan a identificar patrones de absorción, lo que permite ajustar las estrategias de riego a lo largo del ciclo de cultivo.

Las estaciones meteorológicas juegan un papel importante en la precisión del riego. Al medir variables como la temperatura, la humedad relativa, la radiación solar y la velocidad del viento, podemos estimar la evapotranspiración del cultivo. La evapotranspiración es la cantidad de agua que la planta pierde a través de la transpiración y que se evapora del suelo. Con estos datos, podemos calcular con mayor precisión el volumen de agua que debemos reponer a través del riego.

La implementación de sistemas de riego de precisión, como el riego por goteo o microaspersión, mejora significativamente la eficiencia. Estos sistemas aplican el agua directamente en la zona radicular, minimizando las pérdidas por evaporación y escorrentía. Además, permiten un control más exacto del volumen y la frecuencia de riego. Al combinar estos sistemas con controladores automáticos y sensores, podemos crear un sistema de riego inteligente que responda de manera autónoma a las condiciones cambiantes del campo.

La agricultura de precisión y el uso de imágenes satelitales o drones también contribuyen a la precisión del riego. A través de imágenes multiespectrales, podemos evaluar la salud y el vigor de las plantas, así como identificar zonas con déficit o exceso de agua. Esto nos permite realizar un riego localizado, aplicando el agua solo en las áreas que lo necesitan. Al integrar esta información con sistemas de información geográfica (SIG), podemos crear mapas de riego que optimicen el uso del agua en toda la parcela.

Las herramientas digitales, como las aplicaciones y plataformas de gestión agrícola, facilitan la toma de decisiones en tiempo real. Estas herramientas recopilan datos de sensores, estaciones meteorológicas y otras fuentes, y los analizan para ofrecer recomendaciones precisas sobre cuándo y cuánto regar. Además, muchas de estas plataformas permiten la integración con los sistemas de riego, automatizando el proceso y reduciendo la posibilidad de error humano.

La precisión en el riego es un proceso continuo de aprendizaje y adaptación. A medida que obtenemos más datos y desarrollamos mejores modelos, podemos ajustar nuestras prácticas para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad del uso del agua en la agricultura. La clave está en la integración de tecnología, datos y conocimiento agronómico para lograr un manejo del riego que sea cada vez más preciso y adaptado a las necesidades específicas de cada cultivo y entorno.

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